Lo cotidiano hecho arte
Mezclando letras y colores del día a día, Ignasi Aballí presenta en el Museo Reina Sofía su juego con el espectador, «Sin principio/ sin final»
Mezclando letras y colores del día a día, Ignasi Aballí presenta en el Museo Reina Sofía su juego con el espectador, «Sin principio/ sin final»
Capaz de crear textos sin escribir ni una sola letra y de crear cuadros sin pintar, sin derramar una gota de color. Es Ignasi Aballí. El mismo que mañana aterriza en la tercera planta del edificio Sabatini del Reina Sofía para habitar sus salas hasta primavera –el 14 de marzo, concretamente– a la vez que satiriza sobre la sociedad, el sistema capitalista y la propia institución arte. Señalando las contradicciones entre apariencia, realidad, simulación y valor. Lo hace a su manera, sin un orden determinado e insinuando más que afirmando, dándole a los objetos cotidianos el poder evocador que haga al espectador partícipe del resultado. Porque, como él reconoce, «es el 50% de nuestro trabajo, quien acaba legitimando lo que proponemos como obra. Es tan fundamental como el propio artista», en alusión a lo dicho en su día por Marcel Duchamp.
Aballí invita a cada visitante a imaginar su propia biblioteca a partir de guiones que cuelga en los muros o a recrear «Un paisaje imposible» simplemente con mirar por la ventana y dando forma a palabras como atmósfera o ruiseñor, que van conduciendo el pensamiento del que mira. Más letras se van a encontrar en los centenares de recortes de periódico que el artista ha ido recopilando para construir un «poema visual». «Fragmentos que han formado parte de la realidad, no están escritos por mí ni inventados. Es poesía vinculada a la realidad, yo sólo he sacado las palabras de su contexto y las he reordenado para darles otra lectura», explicó el barcelonés durante la presentación de ayer. Una «clasificación» que ha creado a base de «pensar», dos términos que quiso equiparar. Dentro de esa interrogación constante que Aballí le hace al arte y a los museos, quiere cuestionar a estos últimos con «Rótulos». Una obra presente a través de una serie de carteles de información y de restricciones fotografiadas en diversos museos de todo el mundo. En una línea constante, parodia las relaciones convencionales que establecen estos con el público. Desde cámaras que no cesan de grabar, hasta carteles que recuerdan estar en un lugar controlado, la fragilidad de las obras expuestas o los avisos que instan a vigilar a los niños.
- Virutas de euros
Y si las letras tienen un papel fundamental en «Sin principio/ sin final», el color –donde es un «líder» para el comisario de la muestra y subdirector del museo, Joao Fernandes– no lo es menos después del choque que Ignasi Aballí tuvo con la pintura. «Viene de mi época más tradicional y el desencuentro que tuvimos, que me llevó a abordarla desde otro punto de vista», comentó. Por ello es que hace una parada para reflexionar entre las decenas de tonos de blanco que se pueden ver. Del blanco abedul al blanco zorro. Algunos de ellos plasmados sobre las propias paredes del museo, como si de una obra más se tratase y el resto recopilados en dos lienzos que los enumera a todos, ejercicio que repite con amarillo, verde, rojo, azul, gris y negro.
También jugando con los colores, el artista muestra «Papel moneda», donde cada billete tiene su representación en un cuadro. De cinco a 500. Dinero que se ha volatilizado a poco más que virutas. Un material que triturado no sirve, pero que se revaloriza como obra de arte desde el reciclaje y la reutilización, en una muestra más de en que lo cotidiano, «lo más visible es lo extraordinario», que recordaba Fernandes.
«Gente»,una obra que deja huella
En la línea de jugar con el día a día, Ignasi Aballí–imagen– presenta una obra en la que el público deberá participar: «Gente», donde una de las paredes del museo aparece salpicada por las marcas de zapatos de personas que se han apoyado de espaldas y que el público deberá imitar y completar.
- Dónde: Museo Reina Sofía.
- Cuándo: del 28 de octubre al 14 de marzo.
- Cuánto: 4 euros.