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Niki de Saint Phalle lleva su arte feminista al Museo Guggenheim

La muestra reúne 200 piezas en Bilbao
larazon

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La artista francesa Niki de Saint Phalle es la protagonista de la retrospectiva que exhibe desde hoy y hasta el 11 de junio el Museo Guggenheim de Bilbao. Pocas veces la personalidad del creador se impone con tanta fuerza, desde que el visitante se topa materialmente, antes de iniciar el recorrido, con el autorretrato de la primera artista feminista del mundo, hasta que la escucha explicar su obra y crearla en público, en unas grabaciones que saltan aquí y allí, entre cuadros y esculturas. La muestra reúne 200 obras de todo tipo de una mujer que siempre ha sido una rebelde con causa, la del feminismo. Una militancia que cultiva no con la simplicidad de una activista, sino con la complejidad del artista, de forma que sus mujeres son víctimas y, a la vez, monstruos que devoran a un hombre servido en un plato. Su obra enseña patéticas novias vestidas de blanco que cargan, entre los pliegues de sus trajes nupciales, con símbolos confusos, desde hijos hasta pistolas que contrastan con las coloristas «nanas», que le dieron fama mundial, y que representan lo que ella querría que fueran las mujeres: unas personas libres, poderosas, más grandes que los hombres, más alegres, más vitales, con más colorido.

Color a borbotones

Entre una serie y otra, los «disparos» en los que se utiliza la violencia para crear contra la violencia, contra la autoridad, contra el patriarcado... Son cuadros en los que los colores salpican en borbotones, con el orden o el desorden que les impone la dirección y la profundidad de los disparos con rifle o pistola de la artista contra el yeso tras el cual la pintura espera su momento. Impactantes son también los vídeos en los que Niki de Saint Phalle aparece disparando al observador o provocándole. Y, también, la obra premonitoria en la que un rascacielos es atacado por un monstruo volador. Los comisarios Camille Morineau y Álvaro Rodríguez Fominaya explicaron que se trata de la exposición más ambiciosa jamás realizada de la artista francesa que vivió en España y en California y dejó que Gaudi o las esculturas primitivas mexicanas imprimieran profundas huellas en sus obras. A lo largo de la exposición se aprecia la coexistencia de dos atmósferas contradictorias, la violencia y el caos, frente a lo lúdico y la alegría de vivir. Nos encontramos con retratos de «amantes» en los que la cabeza es sustituida por una diana y también con habitaciones en forma de cráneo, donde puede introducirse una persona a meditar. Se realiza además una aproximación a sus obras públicas, especialmente a dos parques, en la Toscana y en California, a través de imágenes y maquetas.
Niki de Saint Phalle es considerada la primera gran artista feminista del siglo XX, la única mujer del movimiento del Nuevo Realismo en Francia y la precursora del arte pop. Aunque pasó gran parte de su vida en Francia, creció en Estados Unidos, por lo que forma parte del panorama artístico de ambos países. Pintora, escultora, grabadora, autora de performances y cine experimental, su universo creativo desborda el Guggenheim con la instalación, en el exterior, de «Las tres gracias», tres figuras que desbordan vida y se distancian del universo violento del inicio, con cuchillos de cocina y pistolas enmarcadas.
- Cuándo: Hasta el 11 de junio.
- Dónde: Museo Guggenheim de Bilbao.
- Cuánto: 10 euros
Con una carrera que comienza en 1950 y se prolonga hasta principios de este siglo, Niki de Saint Phalle es internacionalmente conocida por su famosa serie de las Nanas, realizada en la década de los años 60 del siglo pasado, en las que, de con un estilo muy cercano al arte pop, plasma su personal visión del cuerpo de la mujer.
La obra contiene también una fuerte crítica hacia los cánones estéticos y sociales del papel de la mujer predominante en esa época y ofrecía la visión desde su perspectiva de mujer del matrimonio, la maternidad, etc.
Su faceta de activista del feminismo se puede observar también en las series Novias, Alumbramientos, Diosas y Madres Devoradoras que, junto a las famosas Nanas conforman su universo feminista.
Otro de los ejes fundamentales de su obra es la serie de pinturas titulada "Disparos"con la que se sitúa como una de las fundadoras de los "happenings"-experiencia teatral que conjuga la improvisación y la provocación- y que resultó muy rompedora y escandalosa para su época por la violencia que, a juicio de los críticos de la época, destilaban estos cuadros.
Estas pinturas las realizó rellenando bolas de yeso con pintura y disparando sobre ellas con un rifle, provocando un estallido de color que quedaba plasmado en el blanco lienzo.
El Museo Guggenheim ha recreado en la sala que acoge estas obras, la atmósfera emocional que destila esta acción creadora.
Los "Disparos"se convierten en denuncia de situaciones sociales a su juicio injustas, como la sociedad patriarcal y la situación política de la década de los 60, en la que convivían la Guerra Fría en Europa y la de Argelia, en Francia, e iban dirigidos también contra la visión tradicional del arte y la religión.
El tercer eje fundamental de la obra de la artista francesa, que refleja en sus obras influencias del arquitecto catalán Gaudí, sobre todo le impactó su visita al Parque Guell, de Barcelona; de los norteamericanos Pollock, Jasper Johns y Rauschengberg y de Jean Dubuffet, es la obra pública.
Niki de Saint Phalle, crea lo largo de toda su carrera artística esculturas monumentales, fuentes, parques infantiles y jardines públicos con el objetivo de acercar el arte a los niños y a aquellas personas que no podían acceder a los museos.
Además de las obras más emblemáticas de la carrera de la artista francesa, que vivió sus últimos años en California, donde también se dejó influenciar por el colorista arte mexicano, la exposición de Bilbao acerca al espectador sus grabados, performances y trabajos de cine experimental en los que la propia autora comenta su trabajo.