Paloma Durán: «Quien compra arte lo hace con o sin crisis»
La empresa Fernando Durán, de la que es directora, lleva casi medio siglo vendiendo arte. En noviembre subastan un Dalí con salida en 250.000 euros.
Creada:
Última actualización:
La empresa Fernando Durán, de la que es directora, lleva casi medio siglo vendiendo arte. En noviembre subastan un Dalí con salida en 250.000 euros.
La casa Fernando Durán Subastas no sólo es pionera en su campo en España, sino que goza de un gran prestigio internacional. Fue fundada en 1969 por Fernando Durán y tras su fallecimiento hace diez años se hizo cargo de ella su hija Paloma, que ejerce desde entonces como directora general. El cuadro estrella de la próxima subasta el 10 de noviembre es «El Lago de Vilabertrán», de Salvador Dalí. Un óleo sobre lienzo firmado por el autor cuyo precio de salida es de 250.000 euros.
–¿Qué representa Dalí? ¿Cuál es su valor artístico de este cuadro?
–Está pintado hacia 1919-1920. En principio fue propiedad de la hermana del pintor, Anna María Dalí, y luego ha pertenecido a una colección particular española. Es una obra maestra de juventud. A primera vista representa un lugar que fue muy «entrañable» para él. Forma parte de sus raíces, allí lo llevaba su padre a pasear. Es un paisaje natural, pero muy onírico. En él se vislumbra su futuro como artista. Tiene cierto parecido con los nenúfares de Monet, llenos de colores y reflejos. Dalí realizó este magnífico cuadro bajo la influencia de pintores post-impresionistas como Pierre Bonnard o Maurice Denis, a los que admiraba.
–¿A cuánto esperan llegar sobre su precio de salida?
–Sale en 250.000 euros y esperamos que se cierre alrededor de los 350.000, aunque siendo académicos, lo suyo sería un poco más. Lo que ocurre es que al ser una pieza única no se sabe lo que puede ocurrir. No hay que descartar nunca el factor sorpresa.
–¿Qué otras piezas de valor se subastan?
–Hay importantes obras de pintores antiguos, como un bodegón holandés del XVII de Adriaen van Utrecht, muy atractivo. Para un coleccionista, un buen bodegón es importante y este es una pieza de museo difícil de conseguir. O un retrato de la condesa de Rupelmonde del XVIII de Nicholas de Largilliere. En arte contemporáneo, autores como Katharina Grosse, Karel Appel, Rufino Tamayo, Rafael Barradas, Carlos Alcolea, Pérez Villalta o Tàpies.
–¿Siempre se exponen antes?
–Sí, durante las tres semanas anteriores las piezas están expuestas y viene gente de todo el mundo a verlas. Con los aviones el planeta se ha hecho muy pequeño y vienen desde cualquier país. Luego pujan vía teléfono.
–¿Cómo está de desarrollado este mundo de las subastas en España?
–Somos pioneros y marca España desde hace cincuenta años. Tenemos un prestigio internacional. Fernando Durán, joven en los 60, vio que había una demanda de piezas de colección y una oferta de venta de particulares. Fue a Londres, aprendió el método y lo puso en marcha. La primera subasta ya fue un éxito. Abrió las puertas, acercó el mundo del arte al gran público y ayudó a desarrollar el coleccionismo. Aunque no seamos una multinacional, somos competencia de las casas inglesas y americanas y nos tienen respeto. Los expertos españoles derriban a los extranjeros en las calificaciones, como ha quedado demostrado. No es cuestión de desarrollo sino de expertos, y nosotros los tenemos.
–¿Todo se compra y todo se vende? ¿Qué otras cosas subastan?
–Tenemos tres departamentos: arte contemporáneo, pintura antigua y artes decorativas, que incluye todo el tipo de objetos que pueden encontrarse en una casa: joyas, libros, tapices, alfombras, muebles, relojes, lámparas, porcelanas... Cada departamento cuenta con un experto al frente.
–¿Cuál es el proceso?
–Cuando la gente deshace una casa nos llama. Tienen piezas, pero no saben su valor. El equipo de expertos va al domicilio, hacemos un inventario, valoramos las piezas y las catalogamos. Fijamos un precio de salida de acuerdo al mercado y a las últimas ventas y se las vendemos al mejor postor. Los catálogos van a los interesados en arte, que acuden a la exposición y dejan su puja.
–¿Qué debe de hacer un director de subastas?
–Seleccionar muy bien las piezas, atender a los vendedores primero y luego al cliente. Hace de intermediario entre uno y otro.
–¿Se mueve mucho dinero?
–Es un mercado muy fuerte, con bastante interés, que mueve muchos millones en el mundo. El arte, además de lujo y belleza, es una inversión. Hay obras que pueden llegar a duplicar su precio inicial. El contenido de una casa oscila, de media, entre 200.000 euros y un millón y luego están las piezas especiales.
–¿Se compra más en crisis?
–No creo. El que compra lo hace siempre. Siempre hay dinero para un buen cuadro, o, si no, lo compra a plazos. La gente es cada vez más culta y valoran más invertir en arte. Les ilusiona hacer colecciones serias, tener obras distinguidas.
–¿Se pueden vender cosas muy por encima de su valor real?
–Sí, aunque no es lo habitual. Por ejemplo, un cuadro de Fernando Zóbel que pasó de diez mil euros de salida a 275.000. Viajó de Madrid a Hong Kong.
–¿Cuál es hasta hoy la pieza más cara que han vendido?
–Algunas colecciones, como una de relojes de bolsillo o un «Cristo en su majestad», un autorrelieve de cobre del Taller de Limoges de entre los siglos XII-XIII, que tenía un precio de salida de 150.000 euros y acabó en dos millones.