Sotheby’s se vende al mejor postor

La casa de subastas vuelve así a estar en manos privadas después de 31 años cotizando en la Bolsa de Nueva York

Extra, extra, Sotheby's, la gran casa de subastas, la mayor por volumen de negocio a nivel mundial, ha sido adquirida por BidFair USA, una empresa del dueño de medios y coleccionista de arte francés Patrick Drahi. La propia casa lo anunció ayer, con un comunicado en el que explica que los dueños de acciones recibirán 57 dólares por cada transación, una prima del 61% sobre el precio de las acciones de la compañía el viernes.

El acuerdo está valorado en 3.700 millones de dólares. Según la NBC el pacto supondría que Sotheby's vuelva a ser propiedad privada después de 31 años en los que ha operado como una curioso artefacto mixto, una suerte de empresa pública que cotizaba en la Bolsa de Nueva York.

El precio de la empresa lo desembolsará uno de los grandes hombres de negocios del sector de las comunicaciones, propietario de un holding europeo con fuerte presencia en países como Holanda y Francia, además de EE UU. «Patrick Drahi es uno de los empresarios más respetados del mundo y, en nombre de todos en Sotheby’s, quiero darle la bienvenida a la familia», comentó el responsable máximo de la casa de subastas, Tad Smith.

«Esta adquisición brindará a Sotheby’s la oportunidad de acelerar el exitoso programa de iniciativas de crecimiento de los últimos años en un entorno privado más flexible». En su opinión la firma queda muy bien situada de cara al futuro, al tiempo que el nuevo dueño, que todavía tiene que ser aprobado, eso sí, por la junta de accionistas, declaraba su absoluta confianza en el mando actual de Sotheby's y su intención de darle plena autonomía. A fin de cuentas, si la empresa ha facturado decenas de miles de millones y sigue en pugna con Christie's para dominar el mercado de subastas, para qué cambiar nada o alterar sus ritmos de trabajo o su filosofía.

Fundada en 1744 en Londres, se trata de una de las empresas del sector más antiguas, y aunque pasó a manos estadounidenses en 1983, y la sede social acabó por fijarse en la ciudad de Nueva York, su presencia en el Reino Unido sigue siendo importante. Pero el toque atlantista y anglosajón queda definitivamente alterado con la entrada de Drahi, que no parece impresionado por la responsabilidad de su nueva nave.

Antes de esto ya desembarcó en un mercado tan difícil como el de las compañías del cable en EE UU. La venta de óleos, la subasta de joyas y el mercadeo de lujosos productos culturales tampoco parece asustarle. Definitivamente, se abre una nueva era en una casa de larga traycteoria y gran prestigio.