Barcelona
Una gran muestra recrea la relación pasional de Pasolini con Roma
Una gran exposición recrea en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) la pasión del escritor, poeta y cineasta Pier Paolo Pasolini por Roma, definido por uno de los comisarios, Alain Bergala, como "el más grande intelectual italiano de la segunda mitad del siglo XX".
La exposición, que se exhibirá en Barcelona hasta el 15 de septiembre, viajará posteriormente a los otros tres centros coproductores, la Cinémateque Française de París, el Palazzo delle Esposizioni de Roma y el Martin Gropius Bau de Berlín.
"Pasolini Roma"se estructura en seis apartados cronológicos que corresponden a otras tantas etapas vitales y creativas del autor, desde su llegada a Roma el 28 de enero de 1950, hasta el 2 de noviembre de 1975, cuando su cuerpo sin vida es encontrado cerca de Ostia.
Alain Bergala, antiguo redactor jefe de Cahiers du Cinéma, ha subrayado que "Pasolini es cien por cien italiano, pero en sus análisis tan visionarios dio instrumentos de pensamiento que continúan vigentes para toda Europa".
Según Bergala, "Roma no fue sólo un decorado, un pretexto o un mero lugar de residencia", sino que su encuentro con Roma significó "una gran historia de amor en la vida de Pasolini, con sus decepciones, pasión y odio, desencuentros y retornos".
Para el Pasolini polemista, analista de la evolución de la sociedad italiana, Roma constituyó su principal espacio de observación, su laboratorio que le permitió reflexionar sobre las transformaciones de la ciudad, de Italia y de Europa en los años 60 y 70.
El comisario francés piensa que hay "una Roma anterior y otra posterior a Pasolini", puesto que sus escritos y sus películas evocaron "un nuevo imaginario de la ciudad", al retratar barrios del extrarradio o recoger en sus diálogos el dialecto romanesco.
El recorrido expositivo se detiene en la publicación de "Chavales del arroyo"(1955), con la que entra en el círculo de la vida intelectual romana, en unos años en los que teje relaciones duraderas de amistad con Alberto Moravia, Elsa Morante o la cantante y actriz Laura Betti, y en los que empieza a escribir para el cine de Soldati, Fellini o Bolognini.
La exposición se ocupa al final de sus dos últimos años de vida, cuando se hace construir dos casas cerca de Roma, una al norte, cerca de Viterbo, que es su estudio, y otra al sur, frente al mar.
Las dos grandes obras de este último período son el ambicioso libro inacabado "Petróleo"y la película "Saló", cuyo rodaje le supuso amenazas de muerte, robos de negativos y presiones políticas.
"Lo más injusto de la muerte de Pasolini -añade Balló- es que se produce en su mejor momento de su creatividad y aunque la película 'Saló' es desesperanzada, no quiere decir que él estuviera desesperanzado y por eso hemos querido acabar con unas imágenes del partido de fútbol que al final del rodaje de su última película jugaron los equipos del rodaje de 'Saló' y de 'Novecento' de Bertolucci".
Despide al visitante unas imágenes de "Caro diario", en el que Nani Moretti va sobre su moto a la búsqueda del abandonado lugar donde murió Pasolini.