Cargando...
Sección patrocinada por

Historia y cine

Bonhoeffer, el teólogo luterano que intentó matar a Hitler

Esta atractiva figura histórica cuyas bases ideológicas se asentaron en la resistencia antifascista protagoniza la nueva cinta de Todd Komarnicki

Jonas Dassler da vida a Dietrich Bonhoeffer Imdb

Fue un espía al servicio de la inteligencia militar alemana, aunque en realidad estuvo en la resistencia antinazi y participó en la conspiración para asesinar a Hitler. La historia de Dietrich Bonhoeffer en la que se inspira el director estadounidense y también guionista (entre ellas, de la película de Clint Eastwood, «Sully») Todd Komarnicki para construir su nuevo trabajo cinematográfico «Bonhoeffer, el espía», es mucho más que la de un agente encubierto.

Hablamos de uno de los teólogos luteranos más influyentes del siglo XX, comprometido con la fe, la paz y la libertad, partidario de matar al Führer y de dar un golpe de Estado. Fue ejecutado el 9 de abril de 1945 en el campo de concentración de Flossenbürg, apenas un mes antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Nació el 4 de febrero de 1906 en Breslavia, Alemania (hoy Wroclaw, Polonia), en el seno de una familia acomodada. Su padre era un reconocido psiquiatra y su madre, una pianista exitosa. Creció en un entorno intelectual que, a los 17 años, lo llevó a estudiar en la Universidad de Tubinga, una de las cinco más prestigiosas de Alemania. Allí tuvo como maestro a Adolf von Harnack, teólogo luterano que buscó deshelenizar el cristianismo y separar la fe de la filosofía griega.

Von Harnack pasó de apoyar al káiser Guillermo II en la Primera Guerra Mundial a convertirse en defensor de la democracia liberal en la República de Weimar y en crítico del nacionalsocialismo. En 1925, Bonhoeffer se trasladó a la Universidad de Berlín, donde se doctoró dos años después. Su formación se enriqueció con estancias en Barcelona y Nueva York, hasta que en el año 1931 regresó a Alemania para trabajar en la Universidad de Berlín. Bonhoeffer percibió pronto que Hitler y el nacionalsocialismo eran incompatibles con el cristianismo. Por ello no aceptó la unificación en la Iglesia Evangélica Alemana, dirigida por Ludwig Müller para servir fielmente al Tercer Reich.

Junto a Martin Niemöller y Karl Barth fundó en 1934 la Iglesia Confesante para preservar la independencia de la fe cristiana y resistir la manipulación del Estado. En mayo de ese año redactaron la «Declaración de Barmen», en la que afirmaban que Jesucristo era la única autoridad, no el Führer, y que la idolatría al Estado era contraria al cristianismo. La Gestapo la persiguió sistemáticamente consciente del impacto de la Iglesia Confesante, ya que se había convertido desde 1938 en un asociación para salvar a los perseguidos por el régimen nazi.

Investigado por la Gestapo

Para esos años la resistencia ya estaba constituida. Bonhoeffer contactó con Carl Friedrich Goerdeler, uno de sus líderes, para trabajar por el fin del nazismo. Al tiempo, y quizá no por casualidad, fue reclutado por Hans von Dohnanyi, su cuñado, para ser espía como miembro de la Abwehr, un servicio de inteligencia que solo funcionaba en el extranjero. Esta organización no era la más leal al Führer; de hecho, muchos de sus miembros, como Wilhelm Canaris, conspiraron para matar a Hitler o tenían un doble juego.

De ahí los choques de la Abwehr con las SS. Lo que hizo Bonhoeffer fue desviar fondos para enviar a cientos de judíos a Suiza y salvar así sus vidas. Al tiempo, se dedicó a informar a los aliados para la derrota del Tercer Reich. El problema surgió cuando la Gestapo comenzó a investigar a Hans von Dohnanyi, involucrado en la resistencia. La policía política encontró pruebas de que Bonhoeffer desviaba dinero para ayudar a los judíos, por lo que fue arrestado y enviado a la prisión de Tegel en abril de 1943. Para entonces, el llamado Plan Valquiria para dar un golpe de Estado con el asesinato de Hitler estaba muy avanzado. Los conspiradores buscaron apoyo en el ejército y en la sociedad civil. Su objetivo era formar un nuevo Gobierno que terminara la guerra. A pesar de estar en prisión, Bonhoeffer siguió implicado en dicho Plan a través de cartas y visitas de su prometida, Maria von Wedemeyer.

El atentado para matar a Hitler en la Guarida del Lobo falló el 20 de julio de 1944. La represión no se hizo esperar. En los papeles apareció el nombre de Bonhoeffer, que fue sometido a tortura por la Gestapo y luego enviado al campo de concentración de Buchenwald. Sin embargo, el avance aliado hizo que fuera reubicado en Flossenbürg, Baviera. Durante un juicio rápido perpetrado por un tribunal militar era condenado a muerte por traidor. Fue ahorcado el 9 de abril de 1945, veinte días antes de que Hitler se pegara un tiro, y casi un mes antes de que el Tercer Reich cayera para siempre. Bonhoeffer ha quedado desde entonces como un símbolo de la resistencia cristiana alemana al totalitarismo.