Chirino, un escultor con mucha música
La exposición "La sonoridad de la materia", que reúne un total de 50 piezas, 19 de ellas del artista, reflexiona sobre la música y junta obras de Picasso, Juan Gris, Lipchitz, Dalí, Bruce Nauman, Man Ray, Óscar Domínguez y Ángel Ferrant
Madrid Creada:
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Escultura, música y libros. La exposición "La sonoridad de la materia", que la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino ha presentado en su sede del Castillo de La Luz de Las Palmas, reúne cincuenta obras, entre ellas 19 del célebre escultor. La muestra reflexiona sobre la relación entre la materia y la música, y los mutuos ecos que existen entre ellos.
Co-comisariada por David Cortés Santamarta, profesor de Estética y Teoría del Arte de la Universidad de La Laguna en Tenerife y crítico musical; y Jesús M. Castaño, director general de la Fundación Arte y Pensamiento Martín Chirino, esta exhibición, que permanecerá abierta hasta el 1 de septiembre, se puede apreciar –por su representación de instrumentos de cuerda como la guitarra, el violín o el violonchelo– la relación de Chirino con el cubismo. "El uso de las referencias cubistas constituye una revisión, deliberadamente literal, de las gramáticas formales procedentes del legado de las vanguardias históricas. En un sentido similar habría que comprender el recurso, inicialmente sorprendente por cuanto anula la decisiva dimensión espacial característica de la escultura de Chirino, de integrar en la mayor parte de las obras de la serie un elemento rectangular", explica David Cortés Santamarta.
La exposición, que coincide con la publicación de la cuarta monografía sobre el artista canario enmarcada en la Enciclopedia Martín Chirino, y como el propio Cortés Santamarta, asegura, profundiza sobre la relación entre arte –y en particular la práctica de la fragua en la obra de Chirino– y música, argumentando que hay una doble vertiente en este nexo: la evidente, con el restallar de los martillos en la fragua y otra más sutil, que tiene que ver con la ductilidad del metal y el fluir de ambas prácticas. El propio Chirino admitió que "El hierro quemado es energía; es decir, la materia se convierte en energía. Participa de otras artes y muy especialmente de la música: la herramienta danza con tu mano como un instrumento musical sobre la partitura del dibujo; estás ahí haciendo sonar el astil del martillo con mucha intensidad… cuando se desliza, la música se hace más hermética; se vuelve, de pronto música atonal".
En este recorrido también están representados autores como Picasso, con un aguafuerte, "Guitarra sobre la mesa"; Juan Gris, con "La guitarra frente al mar", de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Dalí, con "Guitares espagnoles"; Bruce Nauman, con el vídeo "Violín afinado", de la colección del IVAM; Lipchitz con dos dibujos y dos esculturas, una de bronce y otra de escayola; una amplia serie de dibujos de Ángel Ferrant centrados en las formas de los instrumentos de cuerda; el célebre "Violon de Ingre"s de Man Ray; Óscar Domínguez con "Violín y cabeza de potro" de la colección Azcona; la serie de fotografías de Peter Moore que retratan a Charlotte Moorman en distintas representaciones en colaboración con John Cage o tocando el violonchelo desnuda; un trampantojo del pintor del siglo XVIII Pedro de Acosta, y el bronce "Guitarra nº 2" de Pablo Serrano, entre otros.
Una serie de obras con las que el artista dialoga y que ponen de manifiesto los vínculos que existen entre ellos. Cortés Santamarta se ha centrado en esta faceta de Chirino ha destacado que el vocabulario del escultor y sus formas como la espiral, principalmente, pero también el óvalo y la elipse, se encuentran en los patrones geométricos de los instrumentos de cuerda. Según Cortés, en su serie de ocho piezas dedicada a la música incorpora nuevos sentidos la espiral, ya no solo es viento y naturaleza, pues interpreta que las que emergen del interior del instrumento en sus obras suponen una manifestación visible del sonido y también de la cóclea.