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«Alanis»: Cuerpo a la venta

La Razón
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Anahí Berneri. Anahí Berneri, Javier van de Couter. Sofía Gala Castiglione, Dante della Paolera, Dana Basso. Argentina, 2017. : 82 minutos.

Podría parecer una «Rosetta» porteña, pero no está filmada de espaldas ni cámara en mano. Es difícil saber si es la fortaleza pétrea de Alanis la que dicta la sobriedad en plano fijo del quinto largo de la argentina Anahí Berneri o, por el contrario, ese estatismo, tan claustrofóbico como insobornable, encierra a la protagonista, prostituta veinteañera con hijo de año y medio a cuestas, en un destino escrito de antemano. Hay, también, en esa elección de puesta en escena una objetividad, una distancia, que se niega a juzgar a su personaje, rompiendo ese tabú universal que convierte la prostitución y la maternidad en sustantivos que no pueden compartir encuadre. Por mucho que la suerte la maltrate, y que su lucha por la supervivencia en un Buenos Aires que parece Manila esté trufada de obstáculos, Alanis (a la que una magnífica Sofía Gala interpreta sin un ápice de condescendencia, ni tampoco de autocomplacencia) nunca quiere dejar de vender su cuerpo –su única aventura como asistenta la espanta– ni tampoco de ser madre. No significa que pueda con todo, que asuma su marginación sin rechistar. Su rabia se manifiesta en una perturbadora, magnífica escena de sodomía en la que los juegos de poder se revierten, los insultos se desdoblan y la dignidad se torna en violencia verbal contra el sometimiento. Alanis no necesita redimirse de nada; con algo de empatía se apaña. Es como si la Jeanne Dielman de Akerman hubiera encontrado el modo de quitarse la alienación de encima recalando en un prostíbulo donde solo se habla el idioma de la solidaridad.

LO MEJOR

El rigor de su planteamiento formal y la entrega absoluta de Sofía Gala en el papel de Alanis

LO PEOR

Que se confunda su resistencia a juzgar a la protagonista con una cierta épica del miserabilismo