«Doña Clara»****: Érase una vez una mujer libre
Dirección y guión: Kleber Mendonça Filho. Intérpretes: Sonia Braga, Jeff Rosick, Irandhir Santos, Maeve Jinkings. Brasil, 2016. Duración: 140 minutos. Drama.
En la celebración de un cumpleaños, una cómoda se convierte en el archivo de un recuerdo lúbrico, una pequeña ráfaga de placer cuando el paso del tiempo parece haberlo condenado al olvido. Es un momento muy bello, que define el corazón de esta película, que no es otro que el de su heroína: la memoria que se deposita en los objetos como una fina capa de polvo, el apego a ellos como si fueran seres vivos que nos hablan desde el pasado. Por eso Clara, que fue crítica musical, que experimentó la revolución sexual y que fue madre sin dejar de ser todo lo demás, adora a sus vinilos y, por encima de todo, a su apartamento, un oasis que cualquiera con dos dedos de frente querría habitar. Kleber Mendonça Filho filma a Sonia Braga en armonía con el mundo, como si fuera un paraíso anacrónico, en anamórfico y con zooms que nos abofetean: desplegando su melena negra, de espaldas, en el centro del encuadre, con la mezcla de calidez, honestidad y terquedad de alguien que nunca pretende dar lecciones de vida aunque sabe muy bien cómo vivirla. Es un personaje tan hermoso, con una fuerza tan íntegra, que observar cómo se mueve, cómo habla, cómo interacciona con su entorno es suficiente, y nos hace pasar por alto la excesiva obviedad de la trama del mobbing inmobiliario que sustenta su drama, en la que la corrupción y el clasismo dan una imagen de Brasil que podría ser la de España.