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Eisenstein pierde la virginidad

Peter Greenway realiza una película sobre los días que el director ruso pasó en Guanajuato, México

Cinta de Peter Greenaway, «Eisenstein en Guanajato»
Cinta de Peter Greenaway, «Eisenstein en Guanajato»larazon

Peter Greenway realiza una película sobre los días que el director ruso pasó en Guanajuato, México

La llamada comúnmente «sesión golfa» es aquella en la que las salas de cine empiezan a proyectar películas de madrugada. Es justo en esta franja en la que se estrenará la nueva cinta de Peter Greenaway, «Eisenstein en Guanajato», que tiene un contenido erótico elocuente. Y es que para el director, el sexo no es un tabú: «Sólo hay un motivo por el que estamos en este mundo, para procrear. Tanto si eres una mosca o un hombre nuestra anatomía está condicionada para que nos resulte conmovedor tener relaciones sexuales. Además, la situación mundial nos obliga a hacerlo constantemente, incluso a los chinos ya se les permite tener dos hijos. Es muy importante que esto ocurra porque si no vamos a desaparecer. Resulta aterrador decir esto pero a la naturaleza no le interesa la moral, sólo la procreación, que haya niños sea como sea. Una producto de una violación vale tanto como un otra preconcebida porque ambas significan que la naturaleza ha tenido éxito».

- Una cinta perdida

En la película, Greenaway muestra los días que el director ruso Serguei Eisenstein pasó en la ciudad mexicana de Guanajato para rodar «¡Que viva México!», cuya producción fue finalmente abandonada. Durante su vista al país americano, Eisentein despierta su homosexualidad y se la confiesa a su guía, Palomino Cañedo, con quien pierde la virginidad. Una de las razones por las que el cineasta se atreve a declarar su sexualidad es porque «tiene nuevas libertades que no tenía en la Unión Soviética», reconoce Greenaway. En Rusia el largometraje no ha tenido un buen recibimiento: «Mi correo, lleno de odio. Putin, que es un dictador, tiene esa homofobia y ha organizado un programa político para demonizar a Occidente, donde todos son pecadores, gente mala y se están destruyendo», declara. Y añade que realmente sí que estamos en pleno proceso de erosión: «Ha habido un colapso en la democracia. En Estados Unidos se está derrumbando, los republicanos y los demócratas se pelean por conseguir votos a base de dinero; Turquía es cada vez más autoritario... 300 años antes del nacimiento de Cristo, Sofoclés se suicidó porque sabía que la democracia no funcionaría porque sólo lo haría si todo el mundo fuera inteligente y estuviera bien informado».

Para Greenaway «es una buena idea celebrar al mejor cineasta que ha habido en todos los tiempos, Eisenstein» porque «el cine se está muriendo». Uno de sus motivos para creer eso que «sólo el 5% de la audiencia va a las salas. Ahora todo el mundo pasa más tiempo en las redes sociales y el ordenador. Tengo una hija de 14 años que pasa 5 horas al día con este maldito aparato». Pero va más allá y afirma que «no sé si el cine ha empezado alguna vez porque está basado en textos, tiene que ver con la literatura forzosamente y la industria sabe que no es buena haciendo sus propias historias. Lo mejor de los últimos 15 años, “El señor de los anillos” y “Harry Potter”, son libros. Es triste, no pienso que la literatura pertenezca al cine. Los escritores en el cine sería mejor fusilarlos, no nos hacen ningún favor».

De culto sin quererlo

El director británico es considerado uno de los cineastas de culto más relevantes del cine. Esto se debe a que exige cierto nivel intelectual al espectador para comprender sus trabajos. No obstante, confiesa que «yo no quiero ser considerado un director de culto, preferiría ser ‘‘mainstream” como Scorsese. Pero en mis términos, no en los suyos».