Buscar Iniciar sesión

«La momia»: Al cine se le cae la venda de los ojos

Los monstruos clásicos de Universal que poblaron aquellas deliciosas películas de los años 30 y 40 resucitan de nuevo, vayan ustedes a saber si por la sequía de ideas originales o porque Hollywood anda corto de «cash». La primera es «La Momia», protagonizada por Tom Cruise, Sofia Boutella y Annabelle Wallis. Pero han cambiado muchos las tornas: ahora, bajo las vendas, se esconde una mujer, y con bastante mala leche
larazon

Creada:

Última actualización:

Los monstruos clásicos de Universal que poblaron aquellas deliciosas películas de los años 30 y 40 resucitan de nuevo, vayan ustedes a saber si por la sequía de ideas originales o porque Hollywood anda corto de «cash».
Que te topes así, de sopetón, con la princesa Ahmanet en un hotel de Madrid sin vendas y con el rostro casi recién lavado tiene punto. Sobre todo, cuando descubres a la actriz que se esconde detrás de la pérfida joven, de los efectos especiales y las pinturas de guerra, una chica menuda, delgada pero fibrosa, bonita, eléctrica, muy moderna. Fue bailarina y gimnasta antes de esto, y se le nota. En uno de sus brazos, Sofia Boutella lleva marcadas tres casi perfectas cicatrices que parecen escarificaciones. Espero que no, pero dan esa impresión. Ella es la nueva Momia, la cinta más de acción pura que de terror dirigida por Alex Kurtzman y protagonizada por Boutella y Annabelle Wallis, la heroína, con permiso de Tom Cruise. Una momia que ha mutado de sexo por primera vez en la historia: «Es un honor para mí, y muy importante que las cosas cambien. Kurtzman no quería que fuese un hombre y necesitamos más mujeres fuertes en las películas. Hollywood va cambiando poco a poco; de hecho, acabo de protagonizar una en la que Charlize Theron encarna a un personaje muy enérgico, tremendo. Sin embargo, el mío es muy dulce, y eso me gusta, cambiar de registro. El tema va evolucionando desde hace tiempo pero queda bastante por hacer», dice la gesticulante, simpática Boutella. En cuanto a la auténtica luminaria de la película, afirma que «Cruise fue muy generoso con nosotras dos, y entre ambos papeles femenino existe un gran equilibrio».
Fascinación por el mal
Sonríe de nuevo la casi niña, quien asegura conocer el orbe de Universal que arranca con este título poblado por personajes como tan míticos como Frankenstein, Drácula, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El Fantasma de la Ópera, El Hombre Invisible y tantos otros... Aunque, hasta donde llegamos, no hay más señora todavía que su Momia: «Bueno, sí, ella es la única protagonista por ahora de estos “remakes” modernizados, ya me fijé, pero irán añadiendo otras, está previsto para más adelante». Y le preguntamos por qué esta resurrección, el morbo que despiertan los extraños: «Nos atrae este tipo de filmes porque sentimos fascinación hacia el monstruo. De adolescente las vi todas, y eran seres con un lado humano que representaban una metáfora de lo que sucedía en el mundo real. Al público le subyuga la maldad, y saber por qué han llegado a convertirse en eso. Conocemos nuestro lado oscuro, pero la mayoría no llegamos a tanto... De hecho –añade–, yo descubrí las capas de Ahmanet, lo que la llevó a una transformación tan enorme». la princesa, una terrorífica momia pero de diseño: «Sobre el vestuario importó mi opinión, aunque también la de todos, hubo mucho trabajo en equipo, inclucido asimismo el apartado de maquillaje, porque buscaban una estética muy concreta, nueva y única . De hecho, se realizaron 24 pruebas de pantalla, cuando lo normal es que haya solo una o dos. La sesión más corta para transformarme en la princesa era de cuatro horas, y la más larga, de seis... Y cuidado con los trajes de seda, porque los cosían casi encima mío...», confiesa Boutella, quien también protagonizó en la notable «Kingsman: Servicio secreto» a Gazelle, otra señorita singular con unas mortíferas piernas ortopédicas: «reconozco que fue más difícil ese trabajo, la primera película que hice de acción. Me costaba cuando debía golpear a alguien, pedía perdón y comentaba que no podía hacerle daño...», y suelta una risotada.
También viene de muy buen humor la esbelta y guapa (mucho más que en el filme, algo raro porque suele suceder todo lo contrario) Annabelle Wallis, que habla un portugués fluido porque vivió un tiempo en aquel país y chapurrea algo de español: «Un papel siempre te transporta a un determinado lugar, a otro momento, para lo que, obviamente, ayuda mucho la ropa», dice, hilando con la reciente respuesta de Boputella, «pero no queríamos que se tratara de las prendas típicas de una rubia, y sí aparcar el aspecto más vanidoso de las estrellas, el ego. Jenny Halsey, la chica a la que encarno, está en medio del desierto, sudorosa, no puede ir de otra manera vestida, y se buscó esa imagen de heroína. Además, te transporta a los años 30 y 40, al cine clásico». Reconocida actriz de televisión, Wallis es sobre todo famosa pro la pelícual de terror «Annabelle» (John R. Leonetti, 2004), vapuleada por la crítica pero bastante querida por los fans del género, algo normal en muchas ocasiones: «Aunque nos llamemos igual, no se basa en mí para nada... Me encanta Hictchock, despierta la imaginación del público, e intentamos recrear esa atmósfera romántica, el humor y suspense del maestro...». Y sí, conocía los títulos de Universal original, «y me atrajo la idea de evocar aquella melancolía, aquellos recuerdos de algo tan querido de nuestro pasado. Luego comprendí que este mundo era distinto, le hemos dado ahora un giro bastante grande». Cuando menos, a la Momia, ya veremos el resto.
¿Es un buen amante Tom?
Cambiando de tercio, y sobre el comentario nada más arrancar el filme acerca de las escasas artes amatorias de Cruise, Wallis guiña un ojo y responde con cierto cachondeo que «él sabe la fuerza que tengo y que tienen las mujeres; además, Jenny Halsey, mi personaje, debía entrar en escena pisando fuerte, que se notara que es valiente, inteligente, que posee luces y sombras. Porque de esa forma somos todas. Si he conseguido transmitirlo, me siento muy orgullosa». Y señala al hilo que «los espectadores y la industria están esperando una transformación, de ahí que se busquen inspiración en féminas de armas tomar, personas que toman decisiones con el cerebro y con el cuerpo, lo que me parece emocionante». Integrante del elenco implicado en ficciones tan exitosas como «Los Tudor» y la inglesa «Peaky Blinders», la intérprete ve una diferencia clara entre rodar en Gran Bretaña y Hollywood: «El casting... No, es broma. Todo radica en el presupuesto. EE UU cuenta siempre con uno mayor, mientras que los británicos deben pelearlo todo bastante más en dicho sentido. Por otra parte, en ese país europeo hay un prestigio detrás, y es un honor colaborar allí; porque hay menos trabajo y me siento orgullosa de que cuenten conmigo. Y aunque en USA se están realizando ficciones muy interesantes, el filtro de calidad de Reino Unido se nota». Me pregunto si todos los series adictos estarán de acuerdo con esta rubia y encantadora actriz.