«Little boy», la fe mueve montañas
Eduardo Verastegui produce una cinta en la que un niño descubre el perdón y la reconciliación mientras sueña con traer a su padre de vuelta de la guerra.
Eduardo Verastegui produce una cinta en la que un niño descubre el perdón y la reconciliación mientras sueña con traer a su padre de vuelta de la guerra.
Hay películas que no esconden el mensaje. Es más, lo llevan bien a la vista y lo pregonan desprejuiciadamente. «Little boy» es una de ellas. Y basta escuchar a su productor –y actor– Eduardo Verastegui para comprobarlo: «Mi esperanza es que cuando la gente termine de ver la película se vayan entretenidos pero también llenos de fe, amor y esperanza, inspirados a amar más, a perdonar más y a ser la mejor versión de nosotros mismos».
Dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde, la cinta narra la historia de un niño en un pequeño pueblo de la California de los años 40. «Little boy», así le llaman, sufre el acoso de los otros menores de la villa por su baja estatura y, al tiempo en que trata de hacer frente a sus hándicaps, pierde a su padre –su gran aliado, su «socio»– cuando marcha a combatir contra los japoneses. A escasos metros de su casa, «little boy» tendrá que librar su propio combate: el de la reconciliación y el perdón.
De nuevo, el mensaje: «Es una película diseñada para despertar la niñez y la pureza que todos llevamos dentro, la capacidad de soñar y perdonar y amar en grande; en el fondo, es la historia de amor de un niño por su padre y este joven está dispuesto a hacer lo que sea por traerlo de regreso a casa», asegura Verastegui, que ya actuó en la exitosa «Bella» y que aquí interpreta a un cura. Este mensaje universal ha seducido a figuras como el cantante Alejandro Sanz, que se ha volcado con la promoción de la cinta.
w a flor de piel
«Little boy» es una producción con los sentimientos a flor de piel, un «homenaje a la familia» que llega a España poco después de que el director perdiera a su padre y su hermano en un secuestro. El propio éxito del filme puso al realizador en el punto de mira del crimen mexicano. Eduardo Verastegui confía en que el mensaje de «Little boy» sea la medicina adecuada para Monteverde en medio de la oscuridad: «El cine tiene el potencial de sanar las heridas de un mundo dividido y transformar vidas para siempre. Faltan más películas y guiones diseñados para inspirar a la audiencia a hacer cosas grandes y bellas».