Meryl Streep: las viejas rockeras nunca mueren
En «Ricki», donde interpreta a una cantante fracasada, la actriz vuelve a mostrar sus dotes camaleónicas bajo la dirección de Jonathan Demme y acompañada en el reparto por su propia hija Mamie Gummer
En su última película, «Ricki», Mery Streep da vida a una rockera madura de medio pelo que tuvo grandes sueños de ser famosa pero que se ha resignado a que a lo máximo que va a llegar a ser es telonera de alguna mediocre banda. Su novio, que toca con ella en el mismo grupo, es interpretado por el cantante Rick Springfield. El largometraje, de 18 millones de dólares de presupuesto, se rodó durante seis semanas en Westchester el pasado año. Marc Platt, productor del mismo, pensó que este papel era perfecto para la actriz debido a la pasión que ésta tiene por la música. El productor admite que no ve muchas posibilidades de que la película sea considerada para los Oscars pero mantiene que es deliciosa y entretenida. Se la ofreció a Streep cuando estaba rodando «Into The Woods» (2014), donde también pone a prueba sus cuerdas vocales, al igual que en el musical de ABBA «Mamma Mia!» (2008).
Mamie Gummer, el retoño en la vida real de Meryl Streep, interpreta a su hija en la película. Pero ésta no es la primera colaboración entre ambas. También han actuado juntas en «Heartburn» (1986), donde Mamie tenía sólo 21 meses, y veintiún años más tarde en «Evening» (2007), filme en el cual Gummer hacía de la versión joven de su madre. Para participar en «Ricki», Mamie no ha tenido que hacer audición, algo que la actriz agradece después de tener que presentarse a ellas durante más de treinta años.
La película ha sido dirigida por Jonathan Demme, director de «El silencio de los corderos» (1991) o «Philadelphia» (1993) y escrita por Diablo Cody, ganadora de un Oscar por el guión de «Juno» (2007). Para Demme, el papel que encarna Meryl Streep es algo que no hemos visto hasta ahora en el registro de la intérprete: «Mi personaje es real, no está adornada. Ha cometido sus errores en la vida y ahora quiere redimirse», apunta Streep, quien añade que «se enfrenta con dilemas con los que cualquiera puede verse identificado, problemas reales, duros y en ocasiones desagradables. Acaba siendo divertido pero a la vez desgarrador».
- Director de actrices
Según Marc Platt, Demme es un director brillante dirigiendo al género femenino, por eso Ricki era perfecta para él: «Ha realizado algunas de las mejores películas con grupos de música y ha estado metido en la escena del rock, por lo que cuando aceptó realizarla me alegró sobremanera pero no me sorprendió», declara. Es el caso del videoclip que dirigió para el tema de Bruce Springsteen «Street of Philadelphia», que forma parte de la banda sonora de la citada película de Demme, y por la que «The Boss» levantó la estatuilla a mejor canción original.
Como comenta Diablo Cody, el personaje de Ricki está inspirado en su suegra Terry, que es cantante de un grupo en Jersey Shore llamado Silk and Steel. Terry tiene seis nietos y sigue cantando cada fin de semana: «El rock and roll es su vida. Quizá haya gente que piense qué hace una abuela perdiendo el tiempo en esas tonterías, pero a ella le importa un pito lo que la gente diga. La música es su pasión y eso es lo que le importa, esa faceta de mi suegra siempre me ha parecido fascinante», afirma la guionista.
Para Streep trabajar con su propia hija ha sido una verdadera delicia, aunque el director les prohibió hablar del filme cuando no estaban rodando. En la película ambas están muy distanciadas, justo lo contrario que en la vida real, por lo que para Demme era muy importante que no comentaran las jugadas más interesantes cuando no estaban rodando: «Ésta no es tu madre. No es Meryl Streep. Ésta es otra madre con la que estamos lidiando; vamos a formar equipo para hacerle pasar un mal rato, porque la mujer se lo merece». Con esta palabras explicaba el director a Mamie cómo tenía que ser su relación con su propia madre durante el rodaje. Para Streep el distanciamiento que existe entre ambas es porque a la vez son muy parecidas: «Ambas son muy cabezotas, siempre tienen la razón. Cada una posee su verdad».
Hay una frase en la película que dice que «no importa si tus hijos te quieren o no, lo importante es que tú siempre les quieras. Es en definitiva tu trabajo». Para Diablo Cody esta afirmación ha sido el mantra que la ha acompañado gran parte de su vida: «Recuerdo estar rodando una película hace unos años cuando mi hijo tenía sólo un añito. Se enfadaba mucho conmigo cuando volvía a casa, no quería ni darme un abrazo. Obviamente estaba muy cabreado por no estar conmigo. Como madre primeriza me sentía fatal, pero con el tiempo me di de cuenta que la que tenía que hacerle sentir seguro era yo a él y no él a mí». Cody es consciente de que la maternidad es una de las barreras más importantes que debe atravesar una mujer durante su carrera artística: «A las madres siempre se les culpa por todo. Si pensamos en un rockero mayor como Mick Jagger, sé que es una mala comparación, pero nadie se plantea qué hace tan mayor cantando y no cuidando de sus nietos o sus hijos», concluye.
- Química con Kline
Kevin Kline da vida a su ex y según el director la química entre ambos actores fue increíble. «Se nota una cordialidad muy real entre ellos», explica Demme. En las distancias cortas Meryl Streep no impone, al contrario, es cercana, simpática y con un toque de cierta inocencia. Se ha labrado una carrera interpretativa como pocas otras actrices en el duro mundo de Hollywood. Algunos en ocasiones creen que está bastante sobrevalorada, pero la verdad es que si comparamos su currículo con el de otras de su misma edad no se le puede quitar mérito ninguno. Cierto es que si eres mujer en Hollywood y pasas de los cuarenta y cinco, o eres una actriz increíble o te quedan dos telediarios. La opción de estirarse demasiado la piel para seguir pareciendo joven y lozana, no parece haber dado buenos resultados, si no que se lo pregunten a Meg Ryan o Melanie Griffith, cuyas carreras parecen no levantar cabeza. A pesar de esta crueldad machista, Mickey Rourke también se pasó con el bisturí y sigue trabajando. Hay algunas que consiguen superar la carrera de obstáculos y seguir adelante. Meryl Streep ha sido una de ellas. Durante sus interminables años de carrera siempre ha sido, o la mejor actriz de su generación o ahora, la mejor actriz en vida. Siempre ha sido una «curranta», una gran luchadora y trabajadora tenaz y quizá por ello y según sus palabras en su tumba deberían escribir algo así como: «Lo intentó con mucho esfuerzo».
Su primera nominación a los Oscar fue por «Deer Hunter» (1978) y desde entonces la han nominado 19 veces, 15 como actriz principal y 4 como secundaria, ganando la codiciada estatuilla en tres ocasiones. La más reciente el año pasado por «The Iron Lady», las tras dos en los años ochenta por «Kramer Vs Kramer» (1979) y «Sophie’s Choice» (1982).
De casta le viene a Marie
«Ricki» no es, técnicamente, la primera película en que Meryl Streep y su hija Mamie Gummer (en la imagen) coinciden. Ya sucedió en «Evening» (2011). Sin embargo, en aquella ocasión sus papeles eran de reparto, mientras que en la cinta de Jonathan Demme comparten protagonismo. Nacida en 1983, Mary Willa, por todos conocida como Mamie, es la tercera de los cuatro hijos de la actriz con el escultor Don Gummer, a quien conoció en el año 78. Entre 2011 y 2013 estuvo casada con Benjamin Walker, también actor. Su carrera interpretativa se ha desarrollado en cine, teatro y televisión, aunque ninguno de sus papeles ha alcanzado hasta el momento las cotas de popularidad logradas por su madre. Ha trabajado, entre otros, a las órdenes de Mick Nichols y John Carpenter, generalmente en papeles de reparto. Con su hermana Grace ha coincidido en un capítulo de la serie «American Horror History».