Artistas

Najwa Nimri: «Empecé en el cine aprendiendo a disparar, eso sí que fue un “shock”»

Presenta en Madrid su nueva obra: «Drac Pack», inspirada en la «pandilla de ratas» capitaneada por Frank Sinatra. Mientras, continúa con su particular carrera musical.

Najwa Nimri: «Empecé en el cine aprendiendo a disparar, eso sí que fue un “shock”»
Najwa Nimri: «Empecé en el cine aprendiendo a disparar, eso sí que fue un “shock”»larazon

Presenta en Madrid su nueva obra: «Drac Pack», inspirada en la «pandilla de ratas» capitaneada por Frank Sinatra. Mientras, continúa con su particular carrera musical

Aún recuerdo la primera vez que vi a Nimri en el cine. Fue en «Lucía y el sexo». Najwa llevaba tiempo trabajando y su exótico nombre –«éxtasis» en árabe, la lengua de su padre– sonaba con respeto en las conversaciones de los directores más punteros del momento. No en vano, era su décima cinta y sólo habían pasado seis años desde la primera. Aunque según cuentan las malas lenguas, llegó a ese filme como sustituta de la sustituta de Emma Suárez, y casi no tuvo tiempo para aprenderse el guión. Me impactaron su actuación y su mirada oscura y fija, llena de misterio. A partir de entonces la seguí en una veintena de títulos que fue interpretando, uno tras otro, hasta 2013, y también en esa carrera musical suya, de cantautora arropada por la electrónica. Pensaba que, por muy polifacética que fuera, esta mujer de padre jordano y madre navarra, no podría sorprenderme más, pero me equivoqué.

Aprovechando el tirón

Aún podía dejarme a mí boquiabierta al convertirse en esa malvada Zulema de «Vis a vis». Está claro que está llena de talento, capaz, incluso, de darle la vuelta a una obra de teatro y convertirla en magia pura. Eso es lo que hace ahora en «Drac Pack», una arriesgada propuesta que hasta el 21 de enero se puede ver en el teatro de la Luz Philips Gran Vía de Madrid. «Antes de entrar en “Vis a vis” –me explica Najwa– mi socio y yo estábamos organizando este lío. Ha tardado mucho tiempo en salir, pero cuando entré en la serie llevábamos más de un año preparándola. Eso sí, hemos aprovechado el tirón de la misma para lanzarla». Eso parece, desde luego, a juzgar por las intérpretes, todas mujeres en una obra de hombres y, entre ellas, alguna de «Vis a vis»: «Al principio estaba protagonizada por hombres. El “Drac Pack” se inspira en el antiguo “Rat Pack” (esa “pandilla de ratas” capitaneada por Frank Sinatra) y finalmente hemos acabado haciendo que sean mujeres». En la obra, no sólo ejerce de actriz, además es productora junto a Carlos Borrego, la otra mitad de Royal Roe, coguionista con su propio socio y con Emilio Tomé, y responsable de la dirección musical. Vamos, que lo hace casi todo: «Es lo que tocaba. Llevábamos tanto tiempo imaginando este proyecto que, al final, aunque quería estar detrás todo el rato, pensamos que sería mejor virarlo a chicas y que yo estuviera en los dos lados». Le señalo que hay alguna cosa más distinta en su función: «Pues sí. En realidad, es Drac, en vez de Rat, por Drácula. Hay tres vampiros que convierten a una joven aspirante a estrella al vampirismo. Entonces, a través de un viaje musical, nos ponemos más existenciales y, en clave de cuento/show musical, en un espacio de Music Hall, nos planteamos qué es el éxito, a qué hay que renunciar para conseguirlo y si para lograr el calor de los focos hay que renunciar a la luz del sol. Ella lo hace, se convierte en vampira, y se une a los otros tres para lograr ser una estrella mundial. Es nuestra visión de la historia del “Rat Pack” y la joven aspirante a actriz que era Marilyn Monroe». Una versión muy personal y sin duda muy ambiciosa, que no debe haber sido fácil construir: «Fuimos sacando escritos que yo tenía y dándole forma a la idea original a través de mi propia visión, que llevamos a un escenario desnudo, sólo con una pared de luces donde transcurre toda la historia hasta llegar al último show de Frank, que es Drácula, a quien yo interpreto».

Hablamos de otras cosas y sale el asunto de la mala situación de los actores, de la crisis y de esa constante espera para que suene el teléfono: «Yo nunca he dejado que pasara eso. Si no estaba haciendo películas o no me llamaban hacía mis propios discos o mis propias cosas. Como te he contado, estaba preparando “Drac Pack” cuando me llamaron de “Vis a vis”. Es muy complicado sentarse a esperar, sobre todo porque sólo suele haber trabajo para los de siempre o tiene que sonar la flauta. Y, además, a partir de una edad, la probabilidad de que te llamen baja, así que la única fuerza motora es la imaginación para llevar los proyectos a cabo. Y es complicadísimo, sí, pero cuando pones la energía en estar en algo creativo, por lo general, todo sale mejor».

Nueve milímetros

Está en un buen momento haciendo esta función, que era casi un sueño, después de un trabajo muy satisfactorio en televisión, aunque durísimo: «Yo empecé con “Salto al vacío” aprendiendo a disparar una 9 milímetros y eso sí que fue un “shock”. Hasta cierto punto, estaba familiarizada con el mundo de la violencia. Me apeteció el proyecto porque hacía mucho que no hacía algo en ese código y la acción me gusta. Además, hacer de la malísima me divertía especialmente. Así que fue gratificante, sobre todo porque tuvimos una contestación del público muy directa al estrenarse la serie a medida que la grabábamos, y no fue de esas que se quedan en un cajón. La tele te da esa inmediatez que tienes que aprovechar porque dura lo que dura; aunque en el caso de “Vis a vis” la marea amarilla lo está haciendo más de lo que nadie podía imaginar».

Le pregunto si no sintió la claustrofobia de la cárcel, donde tuvo que rodar casi todos los días durante dos años: «Pues sí. Porque iba a diario y estaba allí desde las seis de la mañana pegándome, manchándome de sangre, en camiseta y pasando un frío mortal. Eso te pone en un estado de ánimo complicado, sobre todo para tu familia, pero ellos, sobre todo mi hijo, eran muy fans y eso también me ayudaba con el impacto psicológico y en llegar a casa y quitarme las patillas, las lentillas y volverme de nuevo yo misma». Ella misma o, ahora, Drácula en «Drac Pack». Es lo que tiene ser actriz...

Personal e intransferible

Najwa Nimri nació en Pamplona en 1972, está divorciada y tiene un hijo que es de lo que se siente más orgullosa. Se arrepiente «de no haber administrado mejor el dinero». Le cuesta perdonar, no olvida, y a una isla desierta se llevaría música. Le hacen reír y llorar «las bromas estúpidas». Le gusta comer «sopas calientes con verduras y pasta» y beber zumo de naranja. Su manía es el ruido, su vicio, el café. Siempre sueña con que «todos mis sueños se cumplen», de mayor le gustaría ser feliz y si volviera a nacer sería astrofísica.