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Pilar García Elegido: «No todos los cortos se pueden hacer con un móvil»

Pilar García Elegido / Directora de la Semana del Cortometraje de Madrid.. El festival, que arranca hoy, cumple 18 años con 28 producciones

Pilar García Elegido
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A camino largo, ¿paso corto? El cortometraje es un fin en sí mismo, pero a veces se trata de un medio, de un trampolín para dar el salto. La Semana del Cortometraje, que organiza la Comunidad de Madrid, llega a la mayoría edad. Y, para celebrarlo, la región se llenará de grandes historias en pequeños formatos.

–¿Qué nos deparará la Semana del Cortometraje?

–Veremos proyecciones de cortos en 66 municipios. Se presentarán 28 cortos subvencionados por la Comunidad de Madrid, y alguno de ellos en estreno.

–Será la decimoctava edición.

–La mayoría de edad. La Unión de Actores colabora por primera vez y ha puesto en marcha dos premios a las mejores interpretaciones. A los galardones clásicos se unen otros muchos más. Trabajamos para que sea un gran evento de promoción, para ampliar la programación y llegar a más espectadores.

–¿Qué géneros prevalecerán?

–En el corto siempre hay más drama que comedia, quizás porque la comedia es el género más difícil.

–¿Se ha volcado Madrid con la semana?

–Sí. Tenemos mucha colaboración de los centros culturales y de las bibliotecas públicas. Daremos la oportunidad a los ciudadanos de que vean las obras que han promovido con las ayudas públicas.

–¿Todo camino largo comienza con un primer paso corto?

–Se lo podemos preguntar a gente como Daniel Sánchez Arévalo, que va dando pasos en el largo y en el corto. El mundo del cortometraje es fascinante.

–¿Puede ser un fin en sí mismo o siempre se trata de un medio?

–Es un fin en sí mismo. Si quieres contar algo breve... Es como el relato y la novela, pero en ocasiones constituye un medio. En el corto está la cantera del cine y de lo audiovisual, a la que hay que cuidar, ya que es el futuro. En el cine español de los últimos 15 años ha habido una verdadera correa de transmisión de profesionales del corto al largo.

–¿Pero el fin justifica los medios?

–En este caso, sí. Se utiliza el corto para narrar una historia y para mostrar cómo diriges, cómo interpretas...

–¿Es el pequeño formato un trampolín para dar el salto?

–Es la mejor de las lanzaderas. El camino nunca es fácil, aunque siempre será más sencillo si tienes una tarjeta de presentación. El cine tiene oficios, y los oficios se desarrollan con el aprendizaje y la experiencia.

–¿Cuál es la principal diferencia entre dirigir un corto y un largo?

–La duración. Diriges igual, te enfrentas a los mismos problemas de sonidos..., pero el inconveniente adicional para un director de corto es el bajo presupuesto.

–La menor duración, ¿dificulta llegar al espectador?

–No, al contrario. Hoy todo el mundo tiene prisa. Y el potencial del corto con las nuevas tecnologías es enorme. Los cortos encantan porque pueden encajarse mucho mejor en las agendas. No hay que intentar hacer un largo en un corto, ni viceversa. Hay que tener muy clara la historia y el tiempo de desarrollo.

–¿Qué cauces de circulación tienen los cortos?

–Los festivales e internet. Los festivales son muy importantes porque los premios permiten recuperar algo de dinero. Hay muchos, y ayudan a que el espectador conozca este género y lo ame.

–¿Internet ha revolucionado la industria?

–Afortunadamente facilita que el corto sea más conocido. Los cortos españoles están teniendo una gran trayectoria internacional. El mundo del cine y del corto atraviesan un momento de transición. Hay que adaptarse.

–¿Es la falta de ayudas la principal barrera?

–No. Con un móvil puedes hacer un corto, aunque no todos los cortos se pueden hacer con un móvil. La tecnología ha facilitado la producción y ha abaratado los costes. Hay ayudas del Estado, de las comunidades... aunque nunca serán suficientes. Hace falta abrir vías de promoción.

–¿Por qué?

–Porque ahí está la cantera del cine. En los últimos años ha habido una efervescencia del cortometraje. Hay que ayudar a la industria porque transmite la cultura de un país. Todos conocemos muy bien el mundo americano a través de sus películas. No puede ser que conozcamos mejor Nueva York que los barrios de Madrid. Tenemos que contar nuestras historias.

–¿Cómo es la relación entre las figuras consagradas y los jóvenes?

–Cada vez mejor. Hay vasos comunicantes. A algunos intérpretes muy consolidados les fascina la experiencia de aparecer en un corto. Y hay directores de largos que vuelven al corto. La mayor interrelación es maravillosa.

–Se define como aprendiz de directora, productora, guionista y escritora...

–Igual me he pasado (risas). Sólo soy aprendiz.

–Y eso que tiene un Goya.

–Pero me queda todo por aprender. No estoy siempre dirigiendo películas. Me dedico a la gestión y a la promoción.

–Un buen amigo se está adentrando en el pequeño formato, con ilusión pero consciente de las dificultades...

–Siempre hay que seguir el instinto. Hay que intentarlo. Si lo llevas dentro es cuestión de perseverar.

–A menudo le pregunto que si algún día será un actor famoso y él me contesta que se puede cosechar éxito sin alcanzar la fama.

–Es una buena respuesta. Hay que desmitificar el éxito vinculado a la primera figura. Triunfar es ser feliz con lo que uno hace.

El lector

Cuando Pilar García compraba el periódico siempre lo empezaba al revés, de atrás hacia adelante, y ahora lo consulta en internet. Ojea los titulares de LA RAZÓN, pero la falta de tiempo le impide leerlo en profundidad. Se centra en la sección de Cultura, área donde «en España hay mucho talento», asegura.