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Toni Servillo: «Ya no tengo edad para irme a Hollywood»

Toni Servillo / Actor. Tras el éxito de «La gran belleza», protagoniza la comedia política «Viva la libertà», de Roberto Andò

Por partida doble. El actor también actuó en Madrid con «Le voci di dentro»
Por partida doble. El actor también actuó en Madrid con «Le voci di dentro»larazon

Hace años que es uno de los intérpretes más destacados de la escena europea. Ha dirigido e interpretado infinidad de clásicos en el teatro. Sin embargo, no ha sido hasta que su unión artística con el director Paolo Sorrentino dio como resultado unas cuantas películas que ha triunfado por todo el mundo que le hayan puesto cara en el cine mundial. «Il divo» fue probablemente la primera en cumplir esta función; «La gran belleza» lo lanzó directamente al estrellato. Ahora regresa a la gran pantalla con «Viva la libertà» (días después de subirse a las tablas de los Teatros del Canal con la obra «Le voci di dentro», de Eduardo De Filippo) en la que abraza de nuevo la comedia política al interpretar a dos gemelos, uno, un importante político; otro, un sátiro que se hará pasar por su hermano.

-¿En qué medida la comedia encaja con un tema tan parco como es la película?

-El filme constituye una fábula que se vale de un mecanismo antiguo de los dos gemelos. Sin duda, se trata de un tema de mucho peso pero que, en esta ocasión, se aborda con gran ligereza. Es una invitación al cambio, a renovarse. Tiene un final abierto, pero positivo... Invita a la risa dentro de la complejidad en temas políticos.

-No es nuevo en Italia abordar la política desde la sátira... ¿Existe un renacimiento de este tipo de enfoque?

-Sin duda, es volver a una antigua tradición italiana, pero con un lenguaje original, como ocurrió en su día con «Il Divo» y ahora con «Viva la libertà», que es una comedia que habla de política sin esa pesadez y aburrimiento con la cual normalmente se refiere a ella. Afortunadamente, los directores y los actores actuales también sienten los conflictos y la acritud que se está viviendo en la sociedad.

-Por mucho que se hayan abordado en el pasado, son temas que gozan de absoluta actualidad...

-La corrupción es un problema central en Italia. En mi opinión, habría que realizar una campaña como la que se hace contra el tabaquismo. Creo que de la corrupción moral en la que está implicado el mundo financiero, económico y político derivan la gran desigualdad y las dificultades económicas que atraviesa nuestro país.

-Y la cultura, ¿qué lugar ocupa en su país?

-En Italia no está considerada como una inversión, sino como un problema, un capítulo de gasto. Por culpa de esto, el país sufre un grave problema de identidad. Uno de los ejemplos más evidentes de la degradación de la cultura es el estado en el que se encuentran algunos ejemplos de su patrimonio, como los casos de Pompeya y de Venecia.

-¿Cuál siente que es mejor vehículo de expresión, el teatro o el cine?

-El teatro para un actor es un lugar en el que cotidianamente, de manera material, como un artesano, reflexiona sobre las razones profundas de su oficio. Diría incluso que de manera militante. Desgasta su propia existencia, toda su energía, para dedicar una parte del día a oficiar en ese rito. El teatro está absolutamente comprometido con tu vida. Si haces un gran clásico en cuatro temporadas, tu relación con él se modifica porque tu vida cambia. Por tanto, el teatro tiene una estrecha relación con el hombre. El actor tiene la responsabilidad de llevarlo a la mente y al corazón del espectador. En ese sentido, el espectáculo es emocionante, porque viene de lo vivo, no sólo porque exista la emoción de que ocurre en ese momento. En el cine es completamente distinto porque el actor se pone al servicio de otro, que es el que posee esa responsabilidad, es decir, el director. El actor puede iluminar una porción de la película con su inteligencia, con su talento, con su personalidad, pero el resultado como testimonio pertenece al director.

-Tiene a sus espaldas una de las carreras más fructíferas de la interpretación en Europa. ¿Nunca le ha tentado dar el salto a Hollywood, por ejemplo?

-Tengo 55 años aunque aparente 75. En todo caso, ya no soy un niño. No tengo la edad para irme a Hollywood. De todas considero una gran suerte haber conseguido hacer mi trabajo en Europa siendo profundamente italiano, interpretando en mi lengua, llevando a escena el teatro en mi idioma y rodando películas en italiano, como han hecho los actores que observo como ejemplo: nunca he visto una película de Mastroianni en EE UU.