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Crítica de cine

«Zipi y Zape y el club de la canica»: «B» de victoria

Director: Oskar Santos. Guión: Jorge Lara, Francisco Roncal. Intérpretes: Javier Gutiérrez, Álex Angulo, Javier Cifrián, Claudia Vega. España. 2013. Duración: 92 min. Comedia infantil.

La Razón
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No, si difícil debía de ser un rato volcar en el cine las deliciosas trapisondadas de los irrepetibles Zipi y Zape, el problema mayor de esta, por otra parte, entretenida y ágil producción atestada de buenos efectos especiales y especialmente apta para todos los públicos radica en que, si les cambian los nombres por otros dos, del tipo Peter y James, o Pedro y Manolo, nadie se inmutaría. «Huérfanos», pues, de bocadillos, de padre y madre (ay, dónde están los Zapatilla), porque no se les ve el pelo en toda la película, el par de niños traviesos aterrizan en un colegio especial durante el verano, ya que el curso acabó como el rosario de la Aurora y hay que apretar las tuercas. Tiene aires tipo «Harry Potter» la fabulosa mansión que acoge a estos desgraciados estudiantes bajo la férrea batuta del director (qué planta la de Javier Gutiérrez con el parche en el ojo), un tipo que desprecia los juegos y que, si pudiera, ahogaba a estos tiernos infantes igual que si fueran pollos. En una horquilla de tiempo que cuesta determinar (aunque en el filme se cite a «Mazinger Z», entre otras referencias varias), asistiremos a las aventuras de este club de la canica dispuesto a repartir justicia social y que tanto evoca, ya lo habían comentado, la historia de «Los Gonnies». Hombre, los hijos de don Pantuflo no son exactamente, pero el buen rato con las tratadas de estos chicos está garantizado. Y si me apuran, volverán...