Crítica de "La bandera": cuando el arroz se pasa ★★★
Director: Martín Cuervo. Guion: Guillem Clua, sobre su propia obra teatral. Intérpretes: Imanol Arias, Miquel Fernández, Ana Fernández, Aitor Luna. España, 2024. Duración: 89 minutos. Tragicomedia.
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Director: Martín Cuervo. Guion: Guillem Clua, sobre su propia obra teatral. Intérpretes: Imanol Arias, Miquel Fernández, Ana Fernández, Aitor Luna. España, 2024. Duración: 89 minutos. Tragicomedia.
Problemas con la justicia a un lado (sin embargo, y mira que se acumulaban los líos durante aquella serie, ni en «Cuéntame» me habría imaginado semejante subtrama), regresa el gran actor Imanol Arias como protagonista de la película realizada por Martín Cuervo a partir de la obra teatral «Encima de nuestros cantos» (lo que se nota quizá demasiado en el filme) concebida por Guillem Clua, autor, asimismo, del guion. Estamos en una de esas comidas familiares que no suelen presagiar nunca nada bueno en la casa de Tomás, profesor de Historia jubilado, viudo y amigo o «conocido» de no sé cuántos líderes mundiales, que ha invitado a sus dos hijos, muy distintos entre sí pero tan rematadamente egoístas ambos, para darles una noticia de suma importancia. En la reunión también se encuentra Lina, la biógrafa de Tomás, que va recopilando para esas memorias las realidades salpicadas de fabulación que Tomás le cuenta. Y mientras el arroz con conejo llega a la mesa y ambos jóvenes se preguntan si quizá el patriarca se encuentra enfermo, de ahí la citación, descubren en el jardín una bandera enorme a un mástil encaramada aunque el espectador no sabrá nunca a qué organización o partido pertenece. En el fondo, da lo mismo, porque cuando Tomás confiese el auténtico motivo de esa cena se abrirá la caja de los truenos y hasta un tiranosaurio rex hará una triunfal entrada en el salón para asombro de todos, menos Tomás, claro. Que ya no sabe cómo recuperar aquellos veranos lejanos de playa, sol y volcanes mientras Lady Di se come encantada un bocadillo de chorizo. Qué importa si fue real o no.
Lo mejor: su protagonista, que sabe lidiar con el papel hasta en sus momentos más complicados
Lo peor: el que les preocupe a los dos hijos tan poco los «desvaríos» del padre resulta increíble