Sección patrocinada por sección patrocinada

estreno

Crítica de "Fin de fiesta": la edad del pavo ★★★★

Directora: Elena Manrique. Intérpretes: Sonia Barba, Edith Martínez, Beatriz Arjona, Carlos Bernardino, Frank Feys, Gonzalo Validiez. España, 2024. Duración: 103 minutos. Comedia negra.

Noticias de última hora en La Razón
Última hora La RazónLa RazónLa Razón

No hay un elefante en la habitación, sino un pavo real en la finca, que para el caso es lo mismo. Y en su paseo errático y su tendencia a mirar hacia otro lado (como tú y como yo, absortos en lo banal), puede acabarse la fiesta, y el mundo entero. Es el mundo lo que ocurre en la magnífica ópera prima de Elena Manrique; un mundo que, en su burbuja de privilegio, no permite que nada escape a su control, ni lo que está en los márgenes. Por eso esta comedia negra, negrísima, es importante: porque sabe trascender los clichés del cine social y explicarnos, desde un encierro polanskiano, cómo las políticas de clase reproducen mecanismos de explotación secular, más caciquistas que capitalistas, incluso cuando creen beneficiar a los desfavorecidos. 

Es ejemplar el modo en que Manrique sabe sacar partido a una situación -un joven inmigrante africano, recién llegado a las costas andaluzas, se cuela en la finca de una señora bien, que confunde el hecho de protegerla de las autoridades con secuestrarla- que parece no agotarse en su incómodo colorido, sobre todo por lo bien descrito, por lo complejo que resulta -y por la portentosa interpretación de Sonia Barba- el personaje de esa divorciada indolente y afrancesada, que a veces se comporta como una estrella de cine decadente, tentada por su condescendencia aristócrata, y a veces muestra su soledad enfermiza, matizada por un irresistible humor marciano. 

Habrá un giro de guion inteligente, una secundaria propensa a la solidaridad de clase, y una panda de canallas que, entre vermut y nevadito, están dispuestos a conducir a esta película pequeña pero matona, que muerde más de lo que parece, a convertirse en la sátira más cruel de esta cuesta de enero.

Lo mejor: 

La apoteósica Sonia Barba y la propuesta de abordar el cine social desde una perspectiva que se aleja de los convencionalismos al uso.

Lo peor: 

Tal vez en la escena del clímax enseña demasiado sus cartas.