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Estreno

Crítica de "Scrapper": juego de niños ★★★

Dirección y guion: Charlotte Regan. Intérpretes: Harris Dickinson, Lola Campbell, Alin Uzun. Gran Bretaña, 2023. Duración: 84 minutos. Comedia dramática.

Un fotograma de "Scrapper"
Un fotograma de "Scrapper"Imdb

Parece que “Scrapper” aspira a corregirle las ojeras al realismo social británico con brillantes colores y contrapuntos cómicos, a la vez que recupera las derivas paternofiliales de “Aftersun” quitándoles hierro, como si la hubiera dirigido una Andrea Arnold de buen humor. Hay una cierta ligereza en el tono, que linda en lo inverosímil, al describir el drama de la protagonista, Georgie (espléndida Lola Campbell), una avispada huérfana de doce años que vende bicicletas robadas y engaña a la escuela y los servicios sociales para sobrevivir sola en una vivienda de protección oficial, después de la muerte de su madre.

La travesura antisistema, siempre en compañía de Ali, su único amigo, se ha convertido en vacuna contra su soledad. En su primer tramo, “Scrapper” tiende a compartir el punto de vista de Georgie, atravesado por la despreocupación y la picardía -molestan las intervenciones de secundarios que, mirando a cámara, ratifican, à la Wes Anderson, la singularidad de nuestra heroína-, pero también inmerso en la tristeza -el recuerdo de la madre a partir de grabaciones caseras: la sombra de “Aftersun” es alargada- y la melancolía.

“Scrapper” no esconde su condición derivativa, su modestia es su mejor virtud. Es, por ejemplo, muy atractivo el modo en que presenta a su segundo protagonista, Jason, el padre que Georgie no ha conocido y que, ahora, de vuelta de Ibiza, pretende asumir la responsabilidad que siempre rehuyó. La naturalidad con la que irrumpe en la vida de su hija, como si regresara de un after perpetuo, un Eminem de pacotilla que te ocupa el sofá y se come los restos de tu nevera, genera una inmediata complicidad con el espectador, en parte potenciada por la espléndida interpretación de Harris Dickinson, que recupera la mirada, entre curiosa y hambrienta de afecto, de su deslumbrante debut en el cine, “Beach Rats”.

Los mejores momentos de “Scrapper” son los que muestran las interacciones entre padre e hija, al principio hostiles, selladas a fuego por la ironía y el rencor de Georgia, más tarde definidas por una indolencia compartida, una conexión en el juego y la inmadurez, una complicidad en la transgresión de las normas. Charlotte Regan tiene en contra lo previsible de un relato que lleva la posibilidad de redención y reconciliación en su código genético, posibilidad que quiere aplazar, en el tramo final, de un modo un tanto tramposo, pero lo que nos queda es la historia de una relación paternofilial vista como la amistad burbujeante entre dos niños que acaban de conocerse.

Lo mejor:

La ternura que tiñe la relación entre este padre y su hija que acaban de conocerse, reforzada por el excelente trabajo de Dickinson y Campbell.

Lo peor:

Sus tics de película ‘cool’ y lo previsible de su narrativa.