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Crítica de "La semilla de la higuera sagrada": la denuncia no deja ver el bosque ★★✩✩✩

Dirección y guion: Mohammad Rasoulof. Intérpretes: Soheila Golestani, Setareh Maleki, Missagh Zareh, Mahsa Rostami, Niousha Akhshi, Reza Akhlaghirad. Alemania, 2024. Duración: 167 minutos. Drama.
Crítica de "La semilla de la higuera sagrada": la denuncia no deja ver el bosque ★★✩✩✩
Un fotograma de "La semilla de la higuera sagrada"Imdb
Sergi Sánchez
  • Sergi Sánchez

    Sergi Sánchez

Barcelona Creada:

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Difícil acercarse a la iraní “La semilla de la higuera sagrada” sin tener en cuenta su biografía extracinematográfica. ¿Qué decir de una película que ha provocado la persecución, la condena y el exilio de su director? Y, con todo, no debemos dejar que los árboles no nos dejen ver el bosque. Lo más llamativo del filme es, precisamente, que pone sobre la mesa las limitaciones de ciertas fórmulas del cine político que justifica la tosquedad de su discurso en la urgencia de divulgarlo. 
Aunque sin sutilezas, Mohammad Rasoulof es más eficaz y honesto cuando plantea la radicalidad ética de sus dilemas morales desde el realismo más descarnado, y falla cuando desplaza el drama al terreno de lo alegórico. Se dice que la alegoría busca imágenes para aquello que no las tiene, pero Rasoulof las posee, las rueda, las muestra y las difunde de un modo claro y directo. Una vez planteado el conflicto -el padre, que ha ascendido a investigador judicial en un tribunal revolucionario en Teherán, se encuentra con las consecuencias del movimiento “Mujer, vida, libertad” en su propia casa, con una de sus hijas universitarias participante en las protestas- esas imágenes, incluso documentales, se cuelan en el montaje, como para certificar que la revuelta existió, y que son las pruebas de un delito que afectó tanto a lo privado como a lo público. 
¿Por qué, pues, la alegoría, creando imágenes que redundan, creando significados que lo real ha denunciado? La tosquedad no está en la obviedad del drama social sino en el gesto desesperado de Rasoulof al vestirlo con largas, sedosas metáforas: la pistola freudiana perdida in extremis, la higuera podrida y la ciudad-laberinto en ruinas conquistan la segunda parte del filme desactivando su potencial político.
  • Lo mejor: Que la película exista es la demostración de que un cineasta cree que sus imágenes pueden cambiar el mundo.
  • Lo peor: Le cuesta liberarse de la obviedad del viejo cine político, demasiado pendiente de sus alegorías.

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