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Darío Villalba: el artista que "encapsuló"el dolor

La sala Alcalá 31 acogerá hasta el 28 de julio una exposición que recoge gran cantidad de las obras que hizo el artista y a las que Andy Warhol denominó como "pop soul"
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A partir de mañana, la sala Alcalá 31 acogerá una exposición que recoge gran cantidad de las obras que hizo el artista y a las que Andy Warhol denominó como "pop soul"
Darío Villalba rompió los esquemas del arte. Él hizo fotografía y pintura. No por separado, sino de forma conjunta mediante un estilo que permitió que su arte alcanzara el éxito de manera internacional. Hasta el 28 de julio, este estilo se mostrará en la sala Alcalá 31 de Madrid, que acogerá una exposición histórica: “Pop soul. Encapsulados & otros”. Histórica no solo por el largo recorrido que el artista realizó durante su vida artística -falleció en 2018 y comenzó a pintar a mediados de los años 50-, sino también porque reúne el mayor conjunto de sus obras más reconocidas: los encapsulados. “Fue protagonista de aquella generación de artistas que volvieron al objeto tras el movimiento de expresionismo abstracto”, ha explicado durante la presentación de la exhibición Jaime de los Santos, consejero de Cultura, Deporte y Turismo. Y es que Villalba llegó en una época de carencias artísticas en España con un estilo rupturista, una visión diferente a través de un lenguaje pop que aprendió durante los años que vivió en Estados Unidos (años 60).
"Lo que usted hace es pop soul", le dijo Andy Warhol en 1964 durante una conversación en la que intercambiaron motivaciones e ideas. De ahí, el nombre de una exposición que comenzó siendo un proyecto entre dos -entre Villalba y la comisaria, María Luisa Martín de Argila- y que, tras el fallecimiento del artista, se consiguió terminar en solitario. Un "pop del alma"que Villalba creó "almacenando, seleccionando, fragmentando y aportando brochazos de color a imágenes de sus propios viajes o de archivos que encontraba", ha expresado la comisaria.
Una sala donde predomina el silencio, en el sentido de la sensación que cada "encapsulado"transmite. El dolor, la marginación, la soledad y la vulnerabilidad de los seres humanos fue lo que Villalba supo transformar en arte. La exposición cuenta tanto con obras que hizo a finales de los años 60, en las que predomina el color rosa y que fueron expuestas en la XXXV Bienal de Venecia (1970) -donde recibió su máximo reconocimiento internacional-, así como en una segunda serie donde cambió el rosa por el negro. Estas últimas evocan emoción a partir de las figuras solitarias que aparecen en cada imagen. "Villalba utilizaba la fotografía para nombrar lo innombrable", ha apuntado la comisaria, "para aquella población dolorosa y marginada".
Miradas, posturas encorvadas, expresiones de agobio, piernas atadas, gestos de escapada. Todo esto se transmite a partir de unas fotografías con pinceladas en las que Villalba "sublimó el dolor y lo transformó en una obra de arte", afirma su hermana, Estefanía Villalba. "Mi hermano era genial", ha sentenciado sin dudarlo, "recuerdo cuando empezó a pintar en Grecia, a sus 17 años, a partir de una naturalidad enorme". Y es que el artista era y es su obra. Era y es la persona que, a partir de una visión puramente humana que se enfocó en lo marginal y en aquellos en quien nadie se fijaba, dejó numerosas obras de arte que hoy se exponen por todo el mundo.
El hombre de dos pieles
Sus obras, a las que también se podrían llamar esculturas, son reflejo de lo que Villalba describió como "pieles-cristal". Recuerdan a la crisálida de una mariposa que la protege del mundo exterior. Objetos transparentes, suspendidos, insertados en una pompa de metacrilato y que transmiten una sensación de vulnerabilidad. "El hombre con dos pieles: una la de siempre, otra su invento, su industria, su propio tejer", apuntó una vez el artista.