Disney

Mickey Mouse compra a Homer Simpson

Disney compra parte de Fox por 52.400 millones de dólares y se queda con sus estudios de cine y televisión, además de con National Geographic y una participación de Sky y la plataforma de vídeo Hulu

Homer Simpson, en un montaje con las características orejas de Mickey Mouse, en plena degustación de un donut
Homer Simpson, en un montaje con las características orejas de Mickey Mouse, en plena degustación de un donutlarazon

Disney compra parte de Fox por 52.400 millones de dólares y se queda con sus estudios de cine y televisión, además de con National Geographic y una participación de Sky y la plataforma de vídeo Hulu.

Si Disney no vive en un cuento de hadas, quién va a vivir. Sus directivos han escrito uno para sí mismos. Su propia carrera empresarial es la mejor producción de la compañía estadounidense. En ella existen parques temáticos, estrellas juveniles, eventos multitudinarios y una campaña de marketing que ha repartido el logo de Disney por todos los rincones del planeta. Como en las historias que han llevado a la pantalla, los estudios han pensado cada secuencia para llegar a conseguir un final épico, y hace tiempo que están en ese clímax. En 2006 la empresa que creó a Mickey Mouse compró Pixar; en 2009, Marvel; en 2012, LucasFilm, y ayer se confirmó un secreto a voces, que Disney ha adquirido parte de 21st Century Fox.

Con esta operación Disney sube a la torre más alta de la industria del entretenimiento. El montante final lo dice todo: 44.300 millones de euros, más los 11,6 millones que asume de la deuda neta de la compañía del magnate Rupert Murdoch. Mientras, por Pixar Disney pagó una cifra mucho menor, que ronda los 6.000 millones; casi 2.800 millones por Marvel, y por LucasFilm, poco más de 3.000. Ahora, más allá de la animación, superhéroes y «Star Wars» –saga de la que hoy se estrena su nueva película, «Los últimos Jedi»–, Disney controlará los estudios 21st Century Fox, incluidos FX Studios.

Derechos sobre «X-Men»

Es decir, la empresa creadora de clásicos como «El rey león», «La sirenita» o «Mary Poppins» se hará cargo de una buena parte del mercado de las series televisivas. Con la compra de Fox, «Los Simpson», «Padre de familia», «The Americans», «Fargo», «Sons of Anarchy» y «American Crime Story» se suman a las ficciones que Disney ya producía como propietaria, desde 1996, de ABC, éxitos como «Anatomía de Grey», «Once upon a time» y «Modern Family». También tendrá el derecho sobre personajes como los X-Men o Deadpool, lo que ya ha generado especulaciones a cerca de un posible «crossover» cinematográfico con los superhéroes de Marvel, o sobre sagas como «Avatar», cuyos fans ya han dado muestras de entusiasmo mientras esperan el estreno de la secuela en 2020. La ambición es que los estudios de Disney aporten un plus al desarrollo de uno de los entornos ficticios que más ha impresionado en los últimos años en el cine, el del planeta ficticio Pandora.

A las series y el cine hay que añadir que la presencia de Disney en la pequeña pantalla crecerá con los canales por cable de Fox, como National Geographic, sus más de 350 señales internacionales en 170 países y Star India, una de las compañía de entretenimiento dominantes, con 69 canales, en la nación que en unos años será la más poblada del mundo. A parte, la cuota que pertenecía a 21st Century Fox en la plataforma de vídeo «streaming» Hulu, que comparten ABC, Fox, NBC y Time Warner, y el 39% de las acciones del medio televisivo Sky, uno de los más vistos en Reino Unido, Irlanda, Alemania o Italia. No obstante, podría adquirir la totalidad de Sky si 21st Century Fox logra comprar el 61% restante de sus acciones antes de cerrar por completo la operación con Disney.

En las condiciones del trato, Fox exige cierta continuidad a Disney en su trabajo. Así, Murdoch ha querido que Robert Iger siguiera ocupando la presidencia y la dirección ejecutiva de The Walt Disney Company hasta, al menos, 2021, y sus deseos han sido órdenes. En la presentación del acuerdo, Mur-doch afirmó que «estoy convencido de que esta combinación, bajo el liderazgo de Iger, será una de las mejores compañías del mundo».

Por su parte, Iger reconoció que la intención de Disney es la expansión, que el discurso de sus producciones tenga mayor alcance: «Estamos entusiasmados con esta extraordinaria oportunidad de aumentar nuestra cartera de franquicias y el contenido de marca para mejorar en gran medida nuestra crecientes ofertas directas al consumidor. El acuerdo también ampliará sustancialmente nuestro alcance internacional, permitiéndonos ofrecer una plataforma de narración mundial y canales de distribución innovadores a más gente en mercados clave de todo el planeta».

De esta manera Disney se pone a la altura de compañías que han llegado hace poco, pero arrasando, a la industria del entretenimiento. Es el caso de Netflix, con su amplia oferta audiovisual o Amazon, a través de su servicio de vídeo, que habían desplazado a empresas tradicionales como 21st Century Fox. Justo por la depreciación que sufría la compañía frente a los nuevos fenómenos del «show business» que reducen costes mediante la emisión por internet, Rupert Murdoch ha decidido confiar el futuro de Fox a Disney, competidores habituales que ayer se estrecharon las manos en favor de la compañía presidida por Iger.

Una vez alcanzado este clímax en la fantasía empresarial de Disney, esta puede terminar próximamente según ciertos rumores, y dar comienzo a un nuevo capítulo en la historia de la compañía. La entidad financiera RBC Capital Markets publicó un estudio en el que afirmaba que era «muy posible» que Apple comprase Disney y, por lo visto, la empresa de la manzana (que quizá sea la misma que muerde Blancanieves en la película) podría estar tomándose en serio la opción a petición de los inversores. Disney vive en un cuento de hadas, pero Apple (o Google) también, y quizá se terminan cruzando en la fábula para crear un gigante empresarial valorado en 1 billón de dólares. Según RBC, Apple pagaría unos 170.000 millones de euros para fusionar sus herramientas con el contenido de Disney y llevar el entretenimiento a un nivel superior de fantasía.