Oviedo

Duflo: Más economía para cambiar el mundo

Esther Duflo / Ciencias Sociales

La economista francesa Esther Duflo tras recibir de manos del rey Felipe VI el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales
La economista francesa Esther Duflo tras recibir de manos del rey Felipe VI el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Socialeslarazon

Ambiciosa, así se presentó Esther Duflo en Oviedo. Algo indispensable para lograr el objetivo que esta economista francesa tiene entre ceja y ceja –y que le ha valido el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales–: «cambiar el mundo», como ella misma reconoció durante su intervención de ayer. «Queremos cambiar en profundidad la vida de los más pobres, proporcionando a quienes toman las decisiones políticas los medios que permitan inventar y elegir las políticas más eficaces para ayudarlos a superar sus problemas». Así es la idea de una Duflo que reconoció el tamaño de su ambiciosa propuesta en contraposición a su planteamiento para lograr el objetivo, un cambio –esta vez sí– modesto y pragmático, en el que no quiso buscar una única causa ni un culpable determinado. «La pobreza adopta miles de formas y su persistencia se debe a múltiples motivos: ser pobre es tener menos información, menos posibilidades de elegir su propia trayectoria y también menos protección contra los propios errores», explicó. Barreras que terminan conviertiéndose en «trampas en las que los pobres quedan encerrados», por lo que llegar a entenderlas permite abrirlas «mediante las intervenciones bien elegidas», continuó la galardonada. Y es que, detrás de este premio, no está únicamente el nombre de Duflo, ella es sólo la cabeza visible del Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel (J-PAL) y el de todos sus miembros, como se encargó de recalcar al inicio de su discurso. De esta forma, se reconoce un trabajo colectivo de largo recorrido, cuya ambición es cambiar la vida de los más pobres, «contribuyendo a mejorar las políticas económicas que les atañen», apostilló la economista. Antes de terminar, no quiso dejar pasar el momento que vive Europa con esas oleadas de inmigrantes que están llegando, haciendo alusión a que «los problemas que otros padecen en países que no están tan lejos como parece, son mucho más urgentes y mucho más graves».