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Tesoro de Sijena: No hay acuerdo ni en la hora

La última disputa entre oscenses e ilerdenses para la recuperación de las 44 piezas se centra en el momento de la entrega: a medianoche, como ha marcado el juez; o por la mañana.
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La última disputa entre oscenses e ilerdenses para la recuperación de las 44 piezas se centra en el momento de la entrega: a medianoche, como ha marcado el juez; o por la mañana.
Años pleiteando y luchando para recuperar lo que es suyo, desde el lado de Villanueva de Sijena (Huesca), claro; tirando de paciencia para no desfallecer en la empresa y parece que, cuanto más se acerca el momento de la entrega, más difícil es contener las emociones. Ahora que entramos en fechas navideñas, se podría comparar la ilusión sijenense con la de esos niños y niñas que, por los nervios, no concilian el sueño en la Noche de Reyes. Solo que aquí no hace falta desenvolver los 44 paquetes para saber qué es lo que hay dentro, porque no es que sean regalos, sino devoluciones. Llevan meses con todo dispuesto para recibir el tesoro que les fue expoliado: operativo, listo; técnicos, preparados; instalaciones, ok... Pero el nuevo foco de la discordia apunta a la hora de entrega. Si el magistrado del Juzgado número 1 de Primera Instancia e Instrucción de Huesca, Antonio Martín González, autorizó a la Guardia Civil a usar la fuerza, «si es preciso», para entrar en el Museo de Lérida a partir de las 00:00 del lunes –a lo que la parte oscense se ciñe para hablar de «plazo límite»–, el director de dicho lugar, Josep Giralt, respondía ayer en Rac 1 poco menos que eso no son horas. Tiraba de ironía en la radio catalana para reconocer que no acudirán de madrugada a la cita y sí lo harán al amanecer: «Nosotros estaremos a las 08:00 de la mañana abriendo la puerta e intentando mover las piezas, embalándolas, documentándolas y trasladándolas en las mejores condiciones que puedan salir del museo y vayan hacia Sijena, como no podía ser de otra manera», afirmaba después de convocar a su equipo a las 07:30 del lunes para dicha tarea. Un proceso que puede durar de ocho horas, según el plan de los técnicos del Gobiernos aragonés, a los tres días, en las estimaciones que hacen fuentes de la Guardia Civil.
Palabras, las citadas de Giralt, con las que la institución tiende su mano y accede a una devolución obligada, pese a no perder la esperanza de una rectificación de la Justicia tras la «batería de acciones judiciales» que preparan desde el consorcio del museo y la Generalitat «para evitar la ejecución», continuaba director. Sin embargo, esta segunda parte del mensaje no ha gustado a 70 kilómetros de allí, en Sijena, y el alcalde de la localidad, Alfonso Salillas, se mostraba indignado ante el incumplimiento de la orden: «Lo que no pueden hacer estos señores es acatar las medidas de un juez cuando a ellos les venga bien», confesaba a este periódico a la vez que hablaba del deber de Giralt de estar disponible a la medianoche para la actuación que la Guardia Civil tiene prevista tras la publicación del auto.
Del uso de la fuerza –«si es preciso», recuerdo– también quiso hablar el director del Museo de Lérida –el cual entendió como «un lenguaje no adecuado»– para llevar el tema a un lugar que, por sentido común, no quiere ninguna de las partes implicadas: «Si el juez quiere convertir la entrega de las obras en un campo de batalla será responsabilidad suya». No quiso Giralt adentrarse en qué puede pasar la noche del domingo al lunes a las puertas del edificio que encabeza, ya que él solo es responsable de «lo que ocurra de puertas para dentro», pero no de lo que pase en la calle. De ello se encargarán fuerzas como la CUP, que, en boca de Mireia Boya –cabeza de lista del partido en Ponent, Alt Pirineu y Aran–, alentaba a la ciudadanía a «defender las obras de Sijena» cuando la Guardia Civil se presente en el museo.
Sí quiso Giralt advertir del «riesgo muy elevado de conservación», dijo, si se trasladan doce de las 44 piezas. Dejando la responsabilidad en manos de los técnicos de Aragón: «Les haremos firmar una autorización para que sea competencia de ellos», zanjaba.