El laberinto de pasiones de Ruiz Zafón
El escritor concluye la tetralogía iniciada en «El cementerio de los libros olvidados» con «El laberinto de los espíritus», una nueva historia de misterio e intriga en la Barcelona de mediados del siglo XX con la que aspira a convertirse de nuevo en un fenómeno global.
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El escritor concluye la tetralogía iniciada en «El cementerio de los libros olvidados» con «El laberinto de los espíritus», una nueva historia de misterio e intriga en la Barcelona de mediados del siglo XX con la que aspira a convertirse de nuevo en un fenómeno global.
Las palabras siempre dejan un rastro misterioso tras de sí. Los grandes escritores consiguen que el lector siga fascinado con ese rastro, con la intriga de saber hacia dónde les llevará. Cuando Carlos Ruiz Zafón publicó «La sombra del viento», millones se apuntaron a seguir el rastro misterioso de aquellas palabras que les introducían por primera vez en el célebre «Cementerio de los libros olvidados». Después llegarían «El juego del ángel» y «El prisionero del cielo», y ahora, tras quince años de espera, llega por fin la conclusión de la más exitosa tetralogía de la literatura española.
La editorial Planeta publica «El laberinto de los espíritus», que recupera la atmósfera de las anteriores novelas y nos vuelve a presentar a personajes emblemáticos como Daniel Sempere y Fermín Romero de Torres, sin olvidar a Gustavo Barceló, Isaac Monfort y majestuosas nuevas incorporaciones como la enigmática Alicia. «Mi gran ambición con esta tetralogía ha sido volver a recuperar los grandes temas de la literatura de siempre, el amor, el odio, la violencia, la venganza, y hacer que el lector examine sus propios códigos morales y se haga preguntas», comentó ayer Zafón en la multitudinaria presentación del libro.
No era para menos. El libro tiene una primera edición de 700.000 ejemplares y ya se ha traducido a más de 40 idiomas para unos 50 países, un auténtico fenómeno global que demuestra la capacidad del autor para que todo tipo de lectores sigan el rastro de sus historias. «Lo que he intentado hacer es que el lector se cuestione la realidad, que se pregunte qué hay detrás de aquellos que nos dicen lo que está bien y está mal, despertar el sentido crítico de mis lectores», aseguró Zafón.
Si «La sombra del viento» era más una novela de aprendizaje, «El juego del ángel», una novela gótica y «El prisionero del cielo», una historia de aventuras, en este «El laberinto de los espíritus» el relato se conduce más como una novela de intriga con trasfondo policial, en el que el odio y la necesidad de venganza moverán a sus personajes hasta atraparlos en este «laberinto» de pasiones del que es muy difícil encontrar una salida. «Mi idea en toda la tetralogía siempre fue mezclar todos los géneros literarios en un único libro. Son homenajes a la palabra escrita, una gran comedia humana en la que exaltar todas las emociones», asegura Zafón.
Y este homenaje a la palabra escrita nos llevará, por primera vez, al corazón y las entrañas del cementerio de los libros olvidados, un espacio que al principio podría parecer fantástico y mitológico, pero que se descubrirá como una gran fuente de poder. «Fue una imagen, la metáfora del cementerio, la que me llevó a escribir estos libros. Acabé por descubrir que ese cementerio simbolizaba toda nuestra carga vital, la memoria, la identidad, lo que nos hace ser quienes somos y cómo existen mecanismos que parecen encaminados a destruirlo». En este sentido, Zafón aseguró que «todas las historias, aunque sean de ciencia ficción y nos trasladen a planetas lejanos, reflejan problemas de nuestro tiempo. Lo único que haces es quitar el ruido de fondo de la realidad, pero la motivación de contar historias es la misma. Lo mismo sucede aquí», afirmó el escritor.
El éxito de sus libros es incuestionable y le ha posibilitado la libertad y la tranquilidad para dedicarse de pleno a lo que más le gusta, contar historias. «Lo único malo del éxito es que despierta recelo y hay gente que proyecta en ti toda una serie de estampas difíciles de digerir. Gente que no conoces te odia por algún motivo, pero poco a poco ni siquiera lo notas», comenta el autor.
Lo que tiene claro es que, mientras él decida, no habrá ni película ni serie sobre «El cementerio de los libros olvidados», simplemente porque «no hace falta». «Las novelas son un homenaje a la palabra y la literatura y no veo motivo para trasladar esto a otro medio, sino es para ganar notoriedad. Lo que me interesa es crear algo nuevo. He tardado mucho tiempo en crear estos libros como para perder más en adaptarlos. Soy consciente de que tengo un tiempo limitado», comenta Ruiz-Zafón.
Barcelona y Los Ángeles
El autor vive desde hace más de dos décadas a caballo de Barcelona y Los Ángeles, lo que le permite tener una mirada periférica de todo lo que ocurre alrededor. Le asusta Donald Trump, en eso no tiene duda, pero no ve mayor conflicto en el proceso soberanista catalán más allá de una necesidad imperiosa de diálogo y acuerdo. «No suelo polemizar sobre política, porque creo que hay un sobreexceso de personas que se dedican a ello. Soy una persona muy seca, muy escéptica, que me cuesta mucho conectar con la teatralidad y el juego de intereses de la política», dijo el autor de «El príncipe de la niebla».
Lo que sí le preocupa es la aplicación del IVA cultural y la «piratería», que comparó con la deforestación. «Mientras todavía tengamos recursos, no nos enteraremos de lo que estamos perdiendo. Luego será demasiado tarde. Lo mismo ocurre con la cultura. Estamos viviendo una deforestación cultural», argumentó. En definitiva, sigan el rastro del cementerio de libros olvidados, vale la pena.
ganas de contar más historias
Para Zafón, no hubo mucho que celebrar cuando puso «fin» en el libro y acabó con la tetralogía. En realidad, ni siquiera supo cuándo acabó definitivamente. «El final estaba escrito mucho antes que otras partes de la novela. No escribo de forma lineal, así que es difícil determinar cuándo acabé el libro. El proceso de reescritura también fue muy intenso. Supongo que cuando lo di por acabado me fui a dar un paseo, ya está. No soy de muchas celebraciones», comenta el escritor. Después de 15 años enfrascado en este universo, ahora tiene más ganas de contar nuevas historias. «Me apetece más que nunca escribir mis propias historias, sin pensar si van a gustar o interesar a los demás. Tengo varios proyectos, pero me interesa mucho poder entrar en mi propio mundo», dice.