El Museo del Prado, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2019

El Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades reconoce los doscientos años del Prado

En su año grande, en el que se cumplen los doscientos años de su creación, el Museo del Prado recibirá el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. El buque insignia de la cultura española ve coronado de esta manera un 2019 en el que tiene aún un motivo más para celebrar su historia. Los miembros del jurado han destacado en la concesión del galardón "la dedicación y el compromiso durante los últimos 200 años de sus trabajadores, patronos, amigos y público"y ha reconocido "la ejemplaridad de su contribución al desarrollo humanístico de la sociedad pasada, presente y futura".

Miguel Falomir, actual director de la pinacoteca, asegura a este diario que "estoy muy contento y feliz. Estoy muy agradecido a la Fundación Princesa de Asturias y al jurado por este premio. Este galardón no es solo para el museo, es para todo el mundo, porque esta institución es de todos los españoles". Falomir, que asumió la dirección en 2017, declaraba además en la comparecencia con los medios producida a primera hora de la tarde que la concesión del Premio Princesa de Asturias a la institución es "un motivo de enorme satisfacción y nos produce una alegría adicional ya que procede de una institución ligada a la corona y cabe recordar que este museo abrió sus puertas como museo real"añadiendo que "no deja, además, de ser simbólico, que el anuncio de esta concesión me haya tocado en la ciudad de Melilla, durante un acto de presentación del Museo del Prado en gira por España, uno de los programas que hemos desarrollado para este bicentenario".

Entre los demás proyectos que desplegará la pinacoteca este 2019 figuran en lugar preeminente las exposiciones 'Fra Angélico y los inicios del Renacimiento en Florencia' (a partir del 28 de mayo), 'Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Miradas afines' (desde el 25 de junio) y 'El maestro de papel. Cartillas españolas para aprender a dibujar de los siglos XVII y XVIII' (desde el próximo 15 de octubre), sin olvidar las que ya se han desplegado sobre sus salas, como la reciente que reúne un conjunto de esculturas de Alberto Giacometti en algunas de las salas más emblemáticas del museo. "A través de este bicentenario me he dado cuenta de lo que significa este museo para los españoles y el cariño que le tienen", asegura Falomir.

"Este premio es un aliciente para seguir, por lo menos, otros dos bicentenarios, pero hay que recordar que también es un reconocimiento a las miles de personas que desde 1819 vienen trabajando en este museo que, hay que subrayar, no sería lo que es sin este país, sin esta sociedad y sin la gente que lo acoge. Sin el empeño y el amor de muchos de los patrones y de la sociedad civil que ha arropado al museo y ha contribuido a su engrandecimiento a través de las visitas y de las donaciones. −continúa el director−. Creo, de verdad, que todos los españoles están orgullosos de este museo, que históricamente pertenece a todos. Está profundamente asumido por los españoles que es una gran institución y que es suya. Este galardón es un espaldarazo y hay que recordar que cae en una fecha muy importante: nuestro bicentenario".

El Prado es uno de los bastiones de la cultura española y una de las pinacotecas más importantes del mundo que este año celebra su bicentenario.

El edificio neoclásico del futuro Museo del Prado abrió sus puertas en 1819, con un catálogo de 311 pinturas. Las valiosas Colecciones Reales fueron su embrión en el siglo XVI bajo el mandato de Carlos V. Fueron enriquecidas por todos los monarcas que le sucedieron, tanto Austrias como Borbones. A ellos se deben sus tesoros más emblemáticos como “El jardín de las Delicias”, de El Bosco, “El caballero de la mano en el pecho” de El Greco, “La Sagrada Familia” conocida como La Perla de Rafael, “Carlos V en Mühlberg”, de Tiziano, el “Autorretrato”, de Durero, “Las meninas”, de Velázquez, “Las tres Gracias”, de Rubens o “La familia de Carlos IV”, de Goya.

Uno de los episodios más críticos de la historia del museo fue la evacuación de las obras durante la Guerra Civil. Las más valiosas fueron almacenadas en el sótano del edificio protegidas con sacos de arena de los bombardeos. Azaña había nombrado a Picasso como director del museo, aunque nunca ejerció.