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Enrique Laso: «No descarto ganar el Premio Nacional de Narrativa»

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«El rumor de los muertos» se edita en papel. En internet es un fenómeno y Hollywood le reclama
Dicharachero, optimista, veloz, divertido. Enrique Laso (Badajoz, 1972) se ha convertido en un fenómeno. «Me siento agotado y encantado porque soy un autor novel y veo la repercusión que está teniendo mi novela. No me lo creo. Si me lo hubieran vaticinado habría pensado que se estaban quedando conmigo», explica entre risas. El protagonista de «El rumor de los muertos» (Martínez Roca), que así se llama el libro, es Sebastián Madrigal, un periodista al que un artículo sobre el «Necronomicón» le cambiará la vida. ¿Existe el texto o es sólo un enorme invento de Lovecraft? La propuesta de un millonario hará que el protagonista se ponga manos a la obra. ¿Lo encontrará?
-¿Esperaba vender casi 150.000 ejemplares electrónicos de «El rumor de los muertos»?
-¿Yo? Para nada. Ha sido una locura y una sorpresa mayúscula todo esto que me está pasando.
-Usted ha ido de la red al papel.
-Nunca me planteé el salto. La primera edición era de 2007. Quería que se publicara el libro pero no llegamos a un acuerdo con la editorial y se quedó en un cajón. A finales de 2009, y con las plataformas digitales, y ya más ampliamente en 2011, el tema se empezó a animar y en 2012 nos pusimos a tope.
-¿Y qué pasó?
-Que muchas editoriales me llamaron para publicar el libro. Se había convertido en un «boom» que se no se apeaba del top mundial.
-¿Pensó decir en algún momento eso de «ahora mando yo»?
-Lo único que tenía en la cabeza era lo a gusto que me sentía. Le decía a mi mujer: «Fíjate cómo son las cosas y las vueltas que da la vida. Ahora voy a poder elegir». Estaba en un nube, pero jamás me sentí poderoso.
-Le habrán dicho que su novela tiene un efecto de enganche para quien empieza a leerla. No le descubrimos nada, vamos.
-He aprendido una barbaridad del cine, pero también bastantes lectores me han reconocido que prácticamente han tenido que dibujar un croquis de los personajes a medida que la trama se complicaba. Y eso me gusta porque les he «obligado» a realizar un esfuerzo intelectual. El lector ha sido absolutamente partícipe: piensa, se involucra, anota, va descubriendo. Le contaré una cosa: yo tenía a mi lado cuando trabajaba en el texto una pizarra para cruzar a los personajes. Ha sido un puzzle en el que he ido encajando las piezas.
-La obra es carne de película.
-Lo sé. Me llamaron dos productoras españolas y un agente de Hollywood que me ofrecía 100.000 dólares por adaptarla; sin embargo, no hubo un entendimiento final: no querían que participara en nada y no me gustó. O me dejan hacer, o no firmo nada.
-Dígame quién sería un buen Sebastián.
-Brad Pitt. Lo veo clarísimo. Por soñar... O Leo DiCaprio, que es mi actor favorito. Hay conversaciones avanzadas, aunque no puedo decir una palabra, con lo que a mí me gusta hablar y estar metido en el ajo.
-¿Trabaja ya en su nueva obra?
-Sí, en «Los crímenes azules» –y en alguna otra más– ,que significa un giro radical en mi trabajo porque es una novela en plan «True Detective». Arranca con dos cuerpos sin vida que aparecen en Kansas. He colgado algún capítulo y está funcionando. Me envían cientos de correos animándome para que salga. Los editores saben mucho y si te dicen que vas por buen camino es que tiene buena pinta.
-Usted es una caja de sorpresas.
-Qué va, soy un tío muy normalito, no te creas, que está relacionado con diferentes ONG, con Cáritas... He viajado mucho por África y cuando me tocan la fibra sensible me pongo serio. Si la vida me sonríe y mientras pueda me voy a seguir implicando. Hay millones de personas que lo pasan mal y si está en mi mano ayudarles, no voy a dejar de hacerlo.
-¿Es un incondicional de Lovecraft?
-Admirador, sobre todo durante la época de adolescente, ese momento en que lees, o al menos yo lo hacía, como un loco.
-¿Teme a lo que pueda suceder mañana?
-En muchos momentos creo que esto que me está pasando es una película. También me planteo que el año que viene nadie se acordará ya de mí. Pero que me quiten lo «bailao».
-¿Cuáles son sus lecturas de cabecera?
-Ahora mismo estoy con un thriller», pero me apasiona la novela histórica, los ensayos históricos, la física, me ha dado por ahí, las matemáticas. Será que me estoy haciendo mayor.
-¿Y sus autores de referencia?
-Gómez Jurado y, sobre todo, Menéndez Salmón, que es mi favorito. Vamos, yo le daría hasta el Nobel.
-¿Se imagina dentro de unos años como ganador del Premio Nacional de Narrativa?
-En mi juventud ya me hice con unos cuantos galardones de narrativa y poesía y también de cuento. Aunque suene pretencioso, no descarto poder ganarlo. Ahora siento una enorme responsabilidad y mucha presión.
-¿Está sensibilizado con la «piratería»?
-Me preocupa cada vez más. En internet, a partir de la tercera entrada de mi libro, los siguientes son sitios donde descargar ilegalmente «El rumor de los muertos» y es una paradoja, pero ha estado disponible en la red hasta que ha llegado al papel. No entiendo eso del «todo gratis». Es necesario que la gente tome conciencia para que no nos carguemos la industria. Me siento absolutamente orgulloso de ser español, pero hay cosas... Imagínate que tú tienes un bar, yo me tomo unas cañas y unas raciones y me marcho sin pagar. ¿Qué pensarías? Que soy un sinvergüenza. Es un asunto tan peligroso como dramático.