Parlamento Europeo

Entrevista a González Pons: «Al interior de España le faltan gasolineras»

El eurodiputado del PPE bucea ahora en el wéstern en busca de inspiración literaria, después de haber entregado a la editorial un libro de amor con el que llevaba tres años.

Esteban González Pons / Foto: Stavros Tzovaras
Esteban González Pons / Foto: Stavros Tzovaraslarazon

El eurodiputado del PPE bucea ahora en el wéstern en busca de inspiración literaria, después de haber entregado a la editorial un libro de amor con el que llevaba tres años.

Hace un alto en su ruta por la España vacía, donde está de viaje junto a su familia. Ahora bucea en el wéstern en busca de inspiración literaria, después de haber entregado a la editorial un libro de amor con el que llevaba tres años. Acaba de salir del convento de Las Huelgas, (Burgos). «Ya voy como Gabinete Caligari, camino Soria». Dice que ya «solo quiero ser premio Nobel de buena persona».

Viene de visitar un convento. Expía pecados o ha perdido la fe en el nuevo PP...

Ya voy teniendo edad de retirarme, de buscar un lugar donde mi alma política repose. Y sí, tengo muchos pecados que expiar si no, no habría alcanzado la madurez. Estoy buscando el silencio. Las malas ideas ya se me ocurrieron todas y todas las puse en práctica y con casi todas fracasé. Ahora voy alcanzando esa edad en la que busco más silencio que ideas malas.

Si escribieran la euroorden sobre chocolate belga, ¿hay más riesgo de que alguien se lo coma o de que se derrita?

En Bélgica todo se derrite demasiado rápido. El chocolate belga en realidad es español. Lo llevaron allí los Tercios de Flandes y lo utilizaban para darse energía a lo largo del camino desde Génova hasta Bruselas. La euroorden habría que ponerla escrita en pergamino con un clavo en todos los edificios públicos de la Unión Europea, porque no hay buena vecindad si no hay confianza entre vecinos.

Decía Napoléon que la única batalla que se gana en retirada es la del amor. ¿Le preocupa que Puigdemont les ponga ojitos?

Puigdemont no puede poner ojitos por más que quiera porque es el mayor cobarde de nuestro tiempo, y los cobardes solo dan la espalda.

¿Qué pensaría si le manda una carta firmada con 155 besos?

Eso equivaldría a suspender mis facultades constitucionales de amar. El 155 aplicado beso a beso sería algo tan paralizante como empezar a besarse y no parar hasta que haya un acuerdo entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

¿Qué fuego apaga el Manneken Pis que hay en Bruselas?

Realmente ninguno. Lo sorprendente son los vestiditos que le ponen, e incluso hay un museo de sus vestidos. Luego está el Manneken Pis de Waterloo al que le ponen casa, coche, sueldo público y no sé si vestidito también con cargo a los contribuyentes de toda España.

¿Dónde pondría una frontera de palabras?

A todos los intransigentes, machistas y los que hoy persiguen la libertad de pensamiento se la pondría. Creo en las fronteras de palabras más que en las pintadas en el suelo. Hay un nuevo fascismo y comunismo creciendo en Europa y deberíamos separarnos de ellos con una frontera de palabras.

Si Magallanes hubiera ido a Gibraltar, ¿qué habría descubierto?

Si cualquier otro país hubiera protagonizado hace 500 años la primera vuelta al mundo, este 2019 hubiera sido para él un gran año de exaltación nacional, sin embargo ha sido una celebración que se ha pasado de largo a la política española. Magallanes habría utilizado Gibraltar como puerto de salida y de llegada porque la vuelta al mundo empezó y terminó en España.

Si hubiera estado en esta tripulación, ¿qué especias hubiera traído?

Me habría traído comida oriental. Sobre todo, rollitos de privamera y sushi, que Marco Polo y después Magallanes y Elcano si volvieron sin ellos.

¿A quién le regalaría la bola del mundo con la leyenda: «El primero que me dio la vuelta»?

A Pablo Casado que es al que le toca en este momento volverse a inventar el PP para que sea distinto teniendo el espíritu de siempre.

¿El chandalismo es la nueva pana de antes?

Es el futuro al que estamos abocados y del que deberíamos huir. Es el cambio climático del buen gusto. Parece inevitable y debería haber un pacto internacional para combatirlo.

¿Su hija no le ha pedido que le haga una fiesta de unicornios? Están muy de moda...

No sé qué son. Me suena a un sitio al que me apetecería ir. A mí todo lo que no sean dos cuernos me va bien. Si fuera una fiesta de tricornios, estaría a gusto; si fuera de unicornios, me pega que también. La de dos cuernos sería en la única fiesta que si estoy, prefiero que nadie lo sepa.

¿En qué momento se ha sentido Dora la Exploradora?

De viaje literario por la España vacía. Llevaba más kilómetros recorridos que los que me decía el depósito que me quedaban de gasolina. Apagué la radio y el aire, subí la ventanillas y creí que no llegabamos. Al interior de España le faltan gasolinareas, planes de futuro y políticas adultas. España debería hacerse un chequeo para ver cómo tiene las tripas. Miramos mucho la periferia, pero por donde nuestro país se está vaciando es por dentro.