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Hacia el mundo de los espíritus

«El canto de la selva» relata la transformación en chamán de un joven indígena de Brasil

Hacia el mundo de los espíritus
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Renée Nader Messora ha pasado mucho tiempo entre los indígenas Krahô en el norte de Brasil, concretamente en el Cerrado, una zona protegida de 3.200 kilómetros cuadrados. Con un guion muy flexible y acompañada por Joao Salaviza, codirector de la cinta, presentó a los Krahô la propuesta de realizar una docuficción protagonizada por uno de ellos. La comunidad dio su permiso y una familia –Ihjãc, su esposa Kôtô y su bebé– decidió participar en el proyecto. Sin actores profesionales y con un equipo técnico de tres –además de un joven Krahô que trabajó de ayudante–, terminaron de rodar en 9 meses.

«Siempre estuvimos muy abiertos a que la realidad se cruzara con nuestra voluntad y que pudiera surgir algo nuevo», asegura la directora. Y así fue. Su idea original era narrar la historia de un joven que ha sido víctima de un hechizo, pero dos meses después de comenzar a grabar Ihjãc les contó que sospechaba que su hermano menor se estaba convirtiendo en chamán. «Era eso lo que teníamos que filmar. Ahí el guion dio una vuelta», recuerda Messora. El filme sigue a Ihjãc en esa transformación a la que se resiste. «Aceptar la llamada de convertirse en chamán es un proceso íntimo, vivido de forma secreta, y muy largo. Hay niños que empiezan a sentirlo a los 8 o 9 años», explica Salaviza. Ese secretismo tiene que ver con que «el chamán es una figura muy ambigua: tiene el poder de curarte y de matarte».

Queriendo huir de ese destino complejo, Ihjãc viaja hasta la ciudad más próxima. Si hasta entonces en el filme se cuelan pocos elementos «modernos», como un esmalte de uñas o algunas herramientas, a su llegada al pueblo el joven indígena se encuentra de frente con el siglo XXI (aunque el lugar es tan remoto que más bien parece el XX). Y no hay más «shock» cultural que el que encontraría un europeo en Asia. «El proceso de incorporación de elementos ajenos es algo que siempre han hecho los pueblos originarios –afirma Salaviza–. Muchas veces, esa introducción sirve para subrayar la identidad cultural en lugar de para perderla». En una época en que el presidente Bolsonaro se refiere a los indígenas de su país como invasores y extranjeros, «El canto de la selva» recuerda que el de los Krahô no es un unvierso aparte; el problema de Ihjãc no es transitar entre la selva y la ciudad, sino entre el mundo físico y el de los espíritus.