Casimir Pulaski, el padre del Cuerpo de Caballería de los Estados Unidos era, en realidad, intersexual
Según datos de Naciones Unidas, el 1,7% de la población mundial nace con rasgos intersexuales. Y muchas personas viven y mueren sin que nadie (incluso ellos mismos) lo sepa
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Casimir Pulaski fue un general polaco-estadounidense que se unió al ejército de Washington, para luchar contra las tropas británicas durante la guerra de la independencia de Estados Unidos. Allí se convirtió en un auténtico héroe para el país, donde también es considerado el padre del Cuerpo de Caballería. Pero lo más curioso de este personaje histórico no es tanto su trayectoria y talento militar, sino la revelación que salió a la luz 200 años después de su fallecimiento.
En el año 1990, un equipo de científicos estadounidenses exhumaron el mausoleo que contenía sus restos, y descubrieron que el esqueleto que allí descansaba tenía rasgos físicos sorprendentemente femeninos. La conclusión inmediata era que debía tratarse de un cambiazo. Que alguien debía haber introducido el cadáver de una mujer en el ataúd... en sustitución del heroico general. Y no fue hasta el año 2019 cuando se comprobó, mediante un análisis de ADN, que -efectivamente- se trataba del mismísimo Casimir Pulaski.
¿Quién era Casimir Pulaski?
Casimir Pulaski nació en Varsovia en el año 1745. Antes de su viaje a Estados Unidos, ya había conseguido los máximos honores en su natal Polonia, tras haber luchado por la independencia del país. Tras el fracaso de su levantamiento, se vio en la necesidad de exiliarse en París, donde conoció a Benjamin Franklin, que por aquel entonces era un simple aspirante a revolucionario.
Sin embargo, al estallar la Revolución de los Estados Unidos, y sabiendo de su pericia y experiencia militar, Franklin lo convenció para que apoyase a las colonias inglesas en sus pretensiones independentistas. En una carta que envió a George Washington, Franklin dejó patente su respeto y admiración por él: “El conde Pulaski de Polonia, un oficial famoso por toda Europa por su valentía y su conducta en defensa de las libertades de su país contra las tres grandes potencias invasoras de Rusia, Austria y Prusia... puede ser muy útil para nuestro servicio”.
Y así lo hizo. En el año 1777, el oficial polaco cruzó el charco y se unió a las tropas de Washington. Nada más llegar, Pulaski escribió al general y le explicó los motivos de su alistamiento: “He venido aquí, donde se está defendiendo la Libertad, para servirla y para vivir o morir por ella”.
Durante la Batalla de Bradywine (a 40 kilómetros de Filadelfia), una de las primeras de la Guerra de Independencia, Pulaski ya había conseguido destacar sobre el resto de oficiales. A pesar de que la contienda terminó en una clara victoria para los británicos, el joven polaco tuvo la oportunidad de dar grandes muestras de su valor y talento militar.
La acometida de su unidad contra las tropas inglesas posibilitó la retirada de George Washington y sus hombres, y le granjeó la fama y el respeto de los soldados. Una fama que no hizo más que acrecentarse durante el transcurso del conflicto hasta que, en el año 1779, murió a la edad de 34 años por las heridas recibidas durante el sitio de la ciudad de Savannah.
Llegó a convertirse en general del Ejército Continental y recibió el título de ciudadano honorario de los Estados Unidos. Y su legado se materializó, sobre todo, en el uso de la caballería como la punta de lanza de los ejércitos secesionistas. De ahí que se le considere el padre del Cuerpo de Caballería de EEUU.
Toda una sorpresa
Los restos del general Polaski fueron depositados en el mismo lugar de su muerte, debajo de un monumento que habían erigido en su honor. En los años 90 del siglo pasado, el mausoleo tuvo que ser retirado temporalmente... una ocasión perfecta para echar un vistazo al interior del ataúd y estudiar el esqueleto del célebre general.
Los investigadores encargados de la exhumación y el análisis forense fueron Charles Merbs y Karen Burns, de la Universidad Estatal de Arizona y de la Universidad de Georgia, respectivamente. “La doctora Burns me dijo antes de entrar: entra y no salgas gritando”, relataba Merbs en una entrevista con el periódico ASU Now.
A lo que añadió: “Cuando entré, vi inmediatamente de qué se trataba. El esqueleto era tan femenino como es posible”.
Virginia Hutton, otra de las investigadoras del equipo, explicó a la NBC que la forma más sencilla de diferenciar los restos de un varón y de una mujer es observando la pelvis. “En las mujeres, la cavidad pélvica tiene una forma más ovalada. Tiene menos forma de corazón que la pelvis masculina.... y la de Pulaski lucía muy femenina”, dijo Hutton.
Aquello era un problema. La primera respuesta lógica era pensar que el cuerpo del renombrado héroe de guerra se había perdido en el tiempo y que alguien lo había tirado en una cuneta, en una fosa común o que había sido enterrado en una tumba sin nombre. Lo que suponía toda una tragedia nacional.
Sin embargo, los científicos no se dieron por vencidos y siguieron abiertos a la posibilidad de que los restos perteneciesen a Casimir Pulaski. De hecho, la idea de que uno de los héroes de la independencia de Estados Unidos fuese -en realidad- una mujer, quedó en el aire y sin certezas. Casi como una leyenda urbana.
Y es que, durante mucho tiempo no hubo posibilidad de comprobar que se trataba del cuerpo del glorioso general. Se necesitaron varios años más hasta que, en el año 2019, los científicos consiguiesen recaudar los fondos necesarios para costear un análisis de ADN, que permitiese hacer la comparativa con una muestra tomada de los restos de su abuela. Y así se confirmó: aquellos restos pertenecían a Casimir Polaski.
Los investigadores concluyeron que Pulaski debía tener rasgos intersexuales (divergencia entre el sexo genético y el genital): “Esa es la única manera de explicar la combinación de las dos características que hemos observado”, sostenía Virginia Hutton.
Charles Merbs le comentó a la prensa que él no creía que a Pulaski se le hubiese siquiera pasado por la cabeza la posibilidad de que pudiera ser una mujer o un intersexual. “Lo más que pudo haber pensado era que algo andaba mal”, teorizaba Merbs. “En aquella época las personas simplemente no sabían estas cosas”, agregó.
De hecho, la Sociedad de Intersexuales de Norteamérica explica que, en ocasiones, “no se descubre que una persona tiene anatomía intersexual hasta que llega a la edad de la pubertad, o en la edad adulta siendo infértil, o al momento de la autopsia. Algunas personas viven y mueren con la anatomía intersexual sin que nadie (incluso ellos mismos) lo sepa”. Y es una realidad mucho más extendida de lo que pudiésemos pensar: según datos de Naciones Unidas, el 1,7% de la población mundial nace con rasgos intersexuales.