Historia

El caudillo remensa Francisco de Verntallat

Era un hombre de paz, prefería el diálogo a la lucha, fue clave en la primera guerra remensa y promotor de la firma de la Sentencia

Arbitral de Guadalupe

Francisco de Verntallat participó en grandes decisiones de su época
Francisco de Verntallat participó en grandes decisiones de su épocaArchivo

ElFrancesc de Verntallat nació en Sant Privat d’en Bas en 1426 o 1428. Era descendiente de los Puigpardines. Su abuelo, Antoni de Puigpardines, era conocido popularmente como Verntallat, pues este era el nombre de la masía que tenían en Sant Privat. Sus padres se llamaban Francesc i Violant. El matrimonio, aparte de nuestro protagonista, tuvo a Llorenç y Joana. Del primer matrimonio del padre, con Francesca Sunyar, nació Blanca. Fuera del matrimonio el padre tuvo a Antoni.

La familia Verntallat formaba parte del Brazo Real de Caballeros, generosos y hombres de paraje del Principado de Cataluña. Es decir, eran hidalgos. A pesar de su condición remensa, formaban parte de la pequeña nobleza campesina catalana. A parte del Mas Verntallat tenían propiedades en Sant Privat, Sant Feliu de Pallerols y en el Vall d’Hostoles.

El 26 de febrero de 1446 se casó con Joana Noguer. Esta familia estaba al mismo nivel social que los Verntallat, pues eran propietarios del Mas Noguer de Batet. Para poderse casar tuvieron que pedir la anulación matrimonial, pues Joana se había casado con Joan Portell, del Mas El Portell de la parroquia de La Cot, en la baronía de Santa Pau. Al poco tiempo lo abandonó y regresó al Mas Noguer. La familia Noguer tenía posesiones en Batet y en Sant Martí de Santa Pau. Al casarse a Joana le asignaron 65 libras barcelonesas de la legítima y a Verntallat 33.

Una vez casados fueron a vivir al Mas Noguer. Allí comenzó a organizar a los remensas y consiguió que todos confiaran en él. Como ya hemos visto fue clave en la primera guerra remensa. En la segunda no quiso participar. El motivo es claro. Creía que una lucha armada no servía para nada. Si querían recuperar sus derechos tenían que dialogar. Y puso todo su empeño en hacerlo una vez finalizada este segundo levantamiento remensa. Su condición social le permitía moverse con libertad y tenía la confianza del rey Fernando el Católico. Esto fue fundamental posteriormente.

Volvemos a repetir que Verntallat era un hombre de paz y prefería parlamentar antes de luchar. Que tenía la confianza del rey Fernando el Católico y que participó en todas las grandes decisiones que se plantearon una vez finalizada la segunda guerra remensa. Pues bien, Verntallat fue uno de los promotores que el 21 de abril de 1486 se firmara la Sentencia Arbitral de Guadalupe. Tardaron veinte años los remensas en conseguir que fueran reconocidos sus derechos.

Antoni Rovira i Virgili escribió que «La redención de los remenses es uno de los hechos más trascendentales de la historia de Cataluña, que influyó en su prosperidad posterior. Cataluña fue el único país de la Península que tuvo una clase rural con arraigo en la gleba, un campesinado rico, libre y culto».

Tiempos difíciles

Ferran Soldevila escribió que «en la lucha de tendencias democráticas y urbanas que hacía siglos pugnaban con éxito para sobreponerse al fondo aristocrático y feudal de la primitiva Catalunya, la liberación de los campesinos de remensa es una de las últimas pero de las más importantes conquistas».

Por delante quedaba poner en práctica la Sentencia Arbitral de Guadalupe. El rey Fernando el Católico, al saber el peso que tenía Verntallat dentro de los remensas, le ordenó que se quedara en la Corte. Sin su influencia se conseguiría avanzar. A pesar de los problemas y las dudas la Sentencia se aplicó. Fueron tiempos difíciles para los enviados del rey y para los payeses. Hubo muchas conversaciones y se avanzó lentamente. Sin embargo, a comienzos de 1500 podemos afirmar que la Sentencia había sido aceptada por todos los payeses catalanes y, después de 500 años, el campo estaba en paz. En reconocimiento a su labor el rey le cedió a Verntallat tres casas en la calle Regomir de Barcelona.

Francesc de Verntallat estuvo en la Corte un tiempo indeterminado. No hay constatación del año que salió de ella, pero esta debió producirse sobre el 1495. Se cree que conoció a Cristóbal Colón a su regreso del Nuevo Mundo. Tampoco conocemos su misión en la Corte de los Reyes Católicos. Regresó a Sant Feliu de Pallerols. Ahí era propietario de un castillo, hoy desaparecido, en el Portal de Llevant. En esta población de La Garrtotxa pasó los últimos años de su vida. Murió en el 1499. Lo enterraron en el cementerio viejo y legó a sus hijos, Miquel-Grau y Leonor, las tres casas de la calle Regomir de Barcelona, las posesiones en Sant Feliu, el Mas Serradell y parte del Mas Noguer.