Sección patrocinada por sección patrocinada

En la muerte de Vargas Llosa

Javier Cercas: "Vargas Llosa fue mi descubridor como escritor. Le debo mi carrera internacional"

El autor de "Soldados de Salamina" habla del legado literario del Premio Nobel

El escritor Mario Vargas Llosa.
El escritor Mario Vargas Llosa.Kiko HuescaAgencia EFE

Javier Cercas no duda al afirmar que tiene una gran deuda con Mario Vargas Llosa. “Le debo mi carrera internacional. Mi gratitud con él es enorme porque Vargas Llosa fue mi descubridor como escritor. Gracias a un artículo suyo me colocó en todo el mundo”, aseguró el autor de “El loco de Dios en el fin del mundo” en conversación con este diario. Ese texto fue “El sueño de los héroes”, aparecido en “El País” el 3 de septiembre de 2001 y en el que el autor peruano demostraba su fascinación por “Soldados de Salamina”, porque aquel era un “libro es magnífico, en efecto, uno de los mejores que he leído en mucho tiempo y merecería tener innumerables lectores, en esta época en que se ha puesto de moda la literatura ligera, llamada de entretenimiento”.

Pero antes de eso, en el recuerdo de Cercas, Vargas Llosa fue para él “un escritor decisivo. Lo empecé a leer muy joven, a los 15 o a los 16 años. Para era un autor determinante, como Borges o García Márquez”. El autor de “Anatomía de un instante” reconoce que “al final fuimos amigos, pero esa relación personal no apartó de mí el pensar que estaba ante un autor enorme”. Cuando se le pregunta por una definición sobre el Premio Nobel al instante apunta que era “un cruce entre Flaubert y Victor Hugo”. Del primero, Cercas considera que compartía “la disciplina obsesiva y la extrema sofisticación formal” mientras que del segundo “la ambición desmesurada y la presencia en la vida pública”.

De que estamos ante un gigante literario da buena fe, como apunta Cercas, que “publicó “La ciudad y los perros” con 26 años; “La casa verde” con 30; y “Conversación en la catedral” a los 33. Es decir, si se hubiera muerto a los 33 años, con esas tres novelas, ya bastaba para llamarlo uno de los mejores novelistas de nuestra lengua. Pero podría seguir citando “La tía Julia”, “La guerra del fin del mundo” o “La fiesta del chivo”. Me cuesta encontrar un escritor parecido”.

El último encuentro tuvo lugar en el domicilio madrileño de Vargas Llosa, acompañado de Héctor Abad Faciolince. “Nos enseñó la primera edición de “Madame Bovary” y estuvimos hablando mucho porque él era un hombre virtuoso de una mentalidad extraordinaria”.

Cuando despedimos esta conversación, Vargas Llosa me cita los versos finales del “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, de Lorca, aunque algo modificados, para concluir que “tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un escritor en nuestra lengua tan rico de aventura”. Y un ruego último de su parte: “Hablen de literatura, no de política”.