Poesía

Juan Carlos Romero: “La poesía no tiene por qué ser algo aburrido para académicos”

Publica «Río de rostros», un disco-libro con poemas de autores andaluces cantados por Pepe Roca y acompañado de grandes artistas españoles.

TE LEO al guitarrista de flamenco JUAN CARLOS ROMERO, que ha hecho disco libro de poemas donde canta PEPE ROCA del grupo ALAMEDA, en el Hotel Recoletos, en la calle Recoletos, número 18, Madrid.
TE LEO al guitarrista de flamenco JUAN CARLOS ROMERO, que ha hecho disco libro de poemas donde canta PEPE ROCA del grupo ALAMEDA, en el Hotel Recoletos, en la calle Recoletos, número 18, Madrid.larazon

Publica «Río de rostros», un disco-libro con poemas de autores andaluces cantados por Pepe Roca y acompañado de grandes artistas españoles.

Está acostumbrado a arropar con su guitarra a primeras figuras del flamenco, pero su faceta creativa lo lleva más allá. En tiempos en los que el formato disco está a la baja, Juan Carlos Romero publica «Río de rostros», un disco-libro bellamente ilustrado en el que ha musicado poemas de poetas andaluces actuales. Felipe Benítez Reyes, Joaquín Sabina, Caballero Bonald y Fernando Quiñones entre otros, cantados por Pepe Roca (Alameda y Jarcha) con la colaboración de artista como Mercé, Rosendo, Estrella Morente, Javier Ruibal, Carmen Linares, Lucrecia o José Luis Gómez. «Un trabajo hecho con esfuerzo, cariño, mimo y afán de servicio al arte», declara.

–¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?, se preguntaba Alberti.

–Eso me pregunté yo también. Había trabajado a Lorca y Juan Ramón Jiménez con Morente y Carmen Linares y veía que siempre recurríamos a los clásicos, que es maravilloso, pero ¿no los hay actuales? Decimos que Andalucía es tierra de poetas, aunque siempre volvemos a los mismos, ese es el origen del disco.

–No están todos los que son. ¿Cómo ha elegido?

–Por el criterio en el que me desarrollo musical y artísticamente siempre, el apego y mi gusto personal. Además, quería que hubiese variedad de estilos, esa poesía urbana más cercana y directa de Sabina o Javier Salvago y poetas que enlazan con la tradición.

–Esto no es solo un álbum, es una obra de arte.

–Sí, ya no se hacen discos tan artesanales con dibujos de pintores como Pérez Valencia y Víctor Romero, poemas...Es una rareza, una reacción a cómo están las cosas, que te van sometiendo y arrinconando y te ponen entre la espada y la pared para entrar por un aro que no quieres pasar. Yo no he venido a la profesión a eso, soñé otra cosa.

–¿Tiene algo de inconformismo?

–Solo queda plegarse o irse directamente a la acera de enfrente por rebeldía, es una reivindicación personal de lo artístico, por eso hay poemas, pintura y una música tratada con el mayor respeto y el amor que hay que tener. Esto es un gran esfuerzo de mucha gente, de mucho tiempo y un gran riesgo.

–¿La cultura interesa en los grandes sellos?

–No, buscan otra cosa que les cree menos problemas, que genere menos gastos, más comercial, por eso ha costado editarlo. Es legítimo que lo entiendan así, una empresa se rige por criterios de rentabilidad y lo más rentable cuesta menos.

–¿Lo artístico no interesa?

–Aplicando la receta mercantil no estás valorando lo artístico sino una mercancía y el arte no puede serlo. Sin mecenas no tendríamos la mayoría de las grandes obras de arte. La pregunta es: ¿cuál es la salida que nos dejan a los que queremos hacer esto?

–¿Quién ha sido su mecenas?

–Jesús de Fariña, que se echó hacia adelante y dijo, «hay que hacerlo», porque si no realizamos estos trabajos estamos perdidos.

–¿Para hacer lo que uno quiere hay que pagar peaje?

–Se paga un precio. Yo no estoy de acuerdo con esa dicotomía de que lo comercial no puede ser bueno o al contrario, como si la poesía tuviera que ser algo pelmazo y aburrido para sesudos y académicos. No tiene por qué.

–¿En tiempos de reguetón tiene tirón la poesía?

–Debe tenerlo siempre, pero hay que darle una oportunidad. Cuando decimos que no son buenos tiempos para algo ya estamos aceptando una derrota y esto nos conduce a la autodestrucción. Que cada uno consuma lo que quiera, pero, ¿no va a quedar sitio para la poesía?

¿Discos así pueden contribuir a descubrirla?

–Sin duda, esa es una cuestión clave, la música puede ser un lazarillo entre el poema y el lector, te puede descubrir cosas, abrir una puerta para llegar a los poetas.

–¿Qué le aporta la música a un poema?

–Debería darle luz a las palabras, hacerlo más entendible, es lo que me planteo y ojalá lo consiga, que sea más comprensivo cantado que leído. Un poema te puede pasar desapercibido, pero cantado cobran sentido todas las palabras.

–Creo que Sabina le envío un dardo envenenado.

–Sí, le puso un asterisco al poema y fue inevitable no saltárselo. Me dijo, ahí van cinco, pero hay uno al que nunca conseguí verle la música. En cuanto me dijo eso puse la mirada en él.

–¿Qué es la guitarra para usted?

–El vehículo que me conduce al fondo de mi persona, a mi propia esencia, en el que me monto para poder entrar dentro de mí.

–¿Prefiere tocar o componer?

–Es complementario, pero lo más que se puede hacer en el arte es crear, no hay nada por encima de eso. Ser un gran intérprete es un mérito, aunque no conozco nada que se parezca al hallazgo de algo que te parece valioso.