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"L'enigma de Lea": La primera ópera de Casablancas

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Allison Cook, José Antonio López, Sara Blanch, Anaïs Masllorens, Marta Infante, Sonia de Munck, Felipe Bou, Xavier Sabata, David Alegret, Antonio Lozano y Juan Noval-Moro. Director musical: Josep Pons. Director de escena: Carme Portaceli. Gran Teatro del Liceo de Barcelona, 9-II-2019.
El compositor catalán Benet Casablancas (Sabadell, 1956) ha presentado su primera ópera en el Gran Teatro del Liceo tras un encargo de hace años ahora recuperado por la directora artística Christina Scheppelmann que es una de las que más ha apostado por los artistas y cantantes españoles en las últimas décadas. Lo mejor de esta ópera de casi dos horas de duración, que el Liceo ha ofrecido seguida y sin pausa entre sus dos actos, es la construcción musical del compositor catalán que utiliza un lenguaje moderno y actual pero que se disfruta sin dificultad por parte de la audiencia tanto a nivel vocal con un canto bastante natural y no exento de melodías como instrumental de gran riqueza rítmica y que conjuga con variedad las diferentes secciones desde la percusión, los metales, vientos y cuerdas. En este sentido hay que destacar la excelente labor de Josep Pons al frente de la Sinfónica y el Coro de Liceo, que mantiene una destacada presencia en la obra con intervenciones reflexivas que se hacen en la lengua local, en este caso el catalán. Además de un reparto vocal excelente en los roles principales. La mezzo-soprano escocesa Allison Cook, una gran especialista en el repertorio contemporáneo, realiza una lograda recreación de la melancólica y compleja protagonista Lea, quien lleva casi todo el peso de la obra. A su lado, destaca el barítono murciano José Antonio López como Ram en una gran caracterización a nivel canoro y escénico aunque quizá es más completa, por su complejidad y dificultad canora, la del contratenor Xavier Sabata, que hace una recreación genial de Dr. Schicksal. Muy interesante el resto del reparto, especialmente la Primera Dama de la soprano Sara Blanch y el Milebocche de la también soprano Sonia de Münck. La obra, con una cuidada dirección de escena de Carme Portaceli, juega con una moderna escenografía a modo de jaula metálica gigantesca del escenógrafo Paco Azorín en la que tiene una importante labor la iluminación, y también con las proyecciones visuales futuristas, un correcto vestuario y una coreografía más que remarcable. Todo ello para intentar sorprender al espectador con un libreto creado por el escritor y filósofo Rafael Argullol que se basa en una trama amorosa pero dentro de un cuento mítico de enrevesados tintes filosóficos. Por ello la insistencia en repetir los conceptos primordiales de la misma, desde la posesión de Lea por un ente divino, la vigilancia totalitaria a la que es sometida y su feliz reencuentro con el personaje errante de Ram, quien posibilitará que abandone esa jaula opresiva en la que se mueve la ópera. Un primer título lírico de Casablancas recibido con bastante éxito por el público barcelonés a pesar de la dificultad argumental de la obra.

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