La fragata «Mercedes» llega a su destino
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A media luz, con un fondo azul, como el mar del que tanto se habla en las dos exposiciones que recrean, complemento una de la otra, como fue «El último viaje de la fragata Mercedes». El definitivo, el que la hizo estallar en pedazos por los aires. El Museo Naval y el Arqueológico son las dos sedes para este periplo que comenzó hace más de doscientos años y que ahora puede escribir ya su último capítulo. Hoy, los Príncipes de Asturias han visitado ambas exposiciones.
El Museo de Educación, Cultura y Deporte, Defensa y Acción Cultural Española han organizado esta doble muestra que enseña, después de un larguísimo litigio de siete años con la empresa norteamericana Odyssey Marine Exploration, cómo debe ser la protección de nuestro patrimonio subacuático. Según el responsable de la dirección creativa y museográfica del proyecto, Carlos León, se trata de la historia de dos agravios «de dos grandes injusticias». La primera, el ataque en 1804 de la armada inglesa a la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes» en tiempos de paz ; la segunda hace siete años, en 2007, cuando Odyssey quiso expoliar los caudales y toda suerte de objetos que transportaba el navío, cargado con los caudales de la Corona y con rumbo hacia Cádiz. Un litigio que dio finalmente la victoria al Estados español: el cargamento de monedas, fundamentalmente de plata, regresó a España hace dos años. Y ayer se pudo ver una parte de aquel cofre. En el Museo Naval se exponen 1.001, una cifra capicúa que hace un guiño al tiempo, junto a dos piezas de oro. En el Arqueológico se ha instalado una pirámide con 30.144 monedas de a ocho reales y 146 de oro de ocho escudos, sin duda uno de los atractivos de la muestra, aunque no el único, pues en el recorrido de ambas exposiciones se han reunido alrededor de dos centenares de piezas que abordan en ambas sedes un mismo suceso desde diferentes perspectivas. Objetos de época, documentos históricos, los retratos de Carlos IV y María Luisa de Parma firmados por Goya y el de Godoy obra de Carnicero, audiovisuales (uno en cada centro) y otros objetos se pueden contemplar en el recién reinaugurado Arqueológico.
Piezas originales
Los siete ámbitos en los que la comisaria Carmen Marcos ha dividido el recorrido van creando un relato que comienza con una introducción al contexto histórico desde el punto de vista político y narra la última misión de la Mercedes. El Museo Naval, por su parte, «ha recogido el interés social que se produjo a raíz del expolio para contar los aspectos navales de la historia, que son importantes y se han tratado menos». Articulada en seis módulos, la exposición reúne 80 piezas, en su mayoría originales del siglo XVIII y del primer tercio del siglo XIX, procedentes del patrimonio de la Armada y de otras instituciones y colecciones. Para el almirante José Antonio Carrión, director del Museo, «está pendiente aún un reconocimiento a un personaje como Diego de Alvear, porque su papel fue predominante. Para él, como para el resto de marinos del siglo XVIII, todos los homenajes serán pocos.