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Los libros de la semana: la apasionante intriga familiar de Soledad Puértolas
Las novedades editoriales de la semana pasan por Soledad Puértolas, Hisashi Kashiwai o Marianne Wiggins

"La novela olvidada en la casa del ingeniero", de Soledad Puértolas ★★★★
La apasionante intriga familiar de Soledad Puértolas
Vuelve con una historia que reflexiona sobre la novela y el papel del escritor a la hora de crear mundos imaginarios
Sostenía Jules Renard que «la novela no es la vida, pero la vida nunca ha dejado de inspirar la novela». En esta línea, la narrativa de Soledad Puértolas se caracteriza por la sencillez clásica de la prosa, los sólidos planteamientos argumentales, el impecable realismo descriptivo y la detallada construcción psicológica de los personajes. Todo ello se da en «La novela olvidada en la casa del ingeniero», una historia que, en época actual y con el recurso retórico del «manuscrito encontrado», nos adentra en una reflexión sobre el poder de la fantasía literaria y la fuerza de la imaginación creadora: «Ese es el privilegio del novelista, crear un mundo paralelo en el que los elementos de la realidad se vuelven ficción y los de la ficción se hacen realidad dentro del ámbito de la ficción».
Mirada irónica
Un escritor recibe aquí, de manos de un amigo, el manuscrito hallado en la casa de un ingeniero; la lectura del mismo dará a conocer el entramado de una apasionante intriga familiar, al tiempo que se penetra en los entresijos y recursos del viejo arte de contar historias. Estas páginas se nutren de variados registros narrativos, que van desde el enredo detectivesco al melodrama sentimental, con tonos de relato humorístico, juego metaliterario e irónica mirada. El fondo ensayístico del libro se basa en la acertada tesis de que la novela es una forma de conocimiento con el que conocemos las motivaciones e impulsos de la condición humana. Además de defender la ordenada secuencialidad argumental, se postula que lo importante es «ese algo casi indefinible, el aroma que la narración deja en el aire, una sensación poética, casi etérea, el presentimiento de una clase de belleza, de haber rozado algo sin lo cual la vida sería lo que tantas veces nos parece, un mero y desordenado acontecer». En suma, personajes, tramas y situaciones al servicio de un estudiado lenguaje, de una sensible concepción del arte de narrar.
Lo mejor: la combinación entre la historia contada y los postulados teóricos
Lo peor: nada destacable en este sentido, estamos frente a una elaborada obra
Por JESÚS FERRER
"Las deliciosas historias de la taberna Kamogawa", de Hisashi Kashiwai ★★★★
Un policiaco tan gustoso como un buen sushi de besugo
Hisashi Kashiwai vuelve a brindar un libro sui generis donde caben los muertos, la cocina, la familia y una enorme delicadeza
Después de la sorpresa de la primera novela de Hisashi Kashiwai, «Los misterios de la taberna Kamogawa», la segunda entrega es un encantador reencuentro con dos viejos amigos: el tabernero Nagare Kamogaw y su hija Koishi. El primero dedicado a recuperar culinariamente un plato perdido y la segunda en indagar y preparar el informe para que su padre logre el milagro de cocinar la magdalena proustiana anhelada por unos clientes que se suceden con el mismo pretexto que en el libro anterior. Este segundo es poco más que su continuación mimética. Podría muy bien formar parte del primero sin que el lector notara la diferencia. Por tanto, puede predicarse de «Las deliciosas historias...» lo mismo que de «Los misterios…» y de los seis restantes: «Esta versión de “la busca de la receta olvidada” en clave policíaca tiene todo el aroma del amor a los seres queridos, a los que trata de recuperar mediante la fragancia de un plato asociado a la morriña de lo irremediablemente perdido».
Restauración del orden
No es que la fórmula literaria esté gastada, es que la estructura de los libritos de Hisashi Kashiwai está formada por relatos cortos, nostálgicos, entreverados de poesía y de la amargura de ese «irremediablemente perdidos»: la nostalgia de la infancia. En cuanto a la convención del relato policíaco, es cierto que hay una leve investigación detectivesca sobre el plato perdido, pero falta lo esencial: el muerto y el descubrimiento del asesino. Que no se le exija se debe a que el lector hace la vista gorda a este sucedáneo del relato detectivesco en clave gastronómica. A falta del muerto y asesino, sí hay cierta restauración del orden, pero familiar: la recuperación de los aromas, sabores y texturas culinarias evocadoras de la infancia y la reconciliación con los seres queridos, ya sean muertos, olvidados o recuperados tras años de silencio. Una novela detectivesca «sui generis» tan agradable de leer como de saborear un buen sushi de besugo.
Lo mejor: la sencillez y encanto de las narraciones cortas de esta novela de Kashiwai
Lo peor: que el autor repite la misma fórmula sin apenas incluir variaciones
Por LLUIS FERNÁNDEZ
«Las propiedades de la sed», de Marianne Wiggins ★★★★
Frente a uno de los episodios más oscuros de EE UU
La autora Marianne Wiggins muestra a través de la historia de una familia el impacto de la guerra y la destrucción de la naturaleza
Siento prevención hacia las novelas que pretenden ser la próxima epopeya estadounidense en la tradición de Steinbeck. Estas historias, que buscan convertirse en el próximo relato desgarrador sobre el heroísmo en tiempos de guerra, parecen proliferar, pero rara vez cumplen con las expectativas. Por ello se disfruta «Las propiedades de la sed», ya que desafía, disipa y derriba esas esperanzas y prejuicios. Centrada en el bombardeo de Pearl Harbor y sus consecuencias, esta magistral novela es una historia de tierra y agua, de familia, hogar y conexión. Durante años, el Departamento de Agua de Los Ángeles ha invadido el rancho de Rocky Rhodes. Él ha mantenido la propiedad y la ha convertido en un hogar para sus hijos, los gemelos Sunny y Stryker, mientras lloran la muerte de su madre. Justo antes de Pearl Harbor, Stryker se irá a la guerra y la tierra protegida se convierte en un centro de internamiento japonés. Schiff, un judío del Departamento del Interior, llegará para supervisar el proyecto y se sentirá intrigado por Sunny…y sus vidas se verán entrelazadas a lo largo de la historia.
Escasez y abundancia
Es un desafío explorar un capítulo tan oscuro de la historia estadounidense y hacer justicia a las formas en las que las políticas gubernamentales marcan a las personas y al paisaje. La novela introduce una metáfora: cada sección comienza con una propiedad de la sed («la primera propiedad de la sed es el elemento sorpresa», «la novena propiedad de la sed es la inmersión», etc.), enmarcando el mundo de la narración en uno donde el agua es escasa y el deseo abunda. Pero hay un bonus track: en 2016, cuando estaba casi terminando el libro, Wiggins sufrió un derrame cerebral. Sentada en la habitación del hospital, su hija Lara Porzak leyó el manuscrito en voz alta para que «las palabras de su madre pudieran sanar y curarla». Su cerebro creaba una existencia paralela: su identidad oculta viviendo una vida en las sombras, leyendo las palabras de su yo anterior. Tenemos suerte, como lectores, de experimentar el resultado.
Lo mejor: cómo Wiggins evoca paisajes tanto interiores como exteriores
Lo peor: a pesar de sus páginas, la novela es corta para todos los temas que aborda
Por ÁNGELES LÓPEZ
«Séptimo: no robarás», de Paolo Prodi ★★★★★
Un gran libro sobre la génesis del mercado en Occidente
El libro de Paolo Prodi muestra cómo la economía contribuyó a formar los Estados y los problemas que hoy se plantean
El mercado lo es todo. Pero no en un sentido de totalidad, ideológico, lo que lo transforma, más que en un medio, en un fin, y consigue impregnarlo todo, desde las relaciones económicas hasta las relaciones amorosas, en un sentido ético y, por qué no, también democrático, igualitario. Un lugar, real y simbólico, donde las cosas tienen algo así como un precio justo y acordado por todos o, también, por una mano invisible que todo lo regula. Ese lugar, y la historia de ese lugar, el mercado, es lo que retrata Paolo Prodi (Scandiano, 1932 –Bolonia, 2016) en este esclarecedor ensayo llamado «Séptimo: no robarás», donde el historiador y político propone una reflexión aguda y sagaz sobre ese espacio que, entre la Edad Media y la Moderna, se afirmó en Europa no sólo como una institución y una marca, sino, sobre todo, como identidad colectiva, como foro autónomo para juzgar el valor de las mercancías y como sujeto de la historia del continente.
Libertades sociales
«Lo que nos concierne como historiadores –señala el autor– es reflexionar sobre la génesis del mercado occidental en el momento de su formación», pero siempre teniendo en cuenta que el mercado surgió, en tanto herencia del foro romano, como «una instancia para juzgar el valor de las mercancías» y no como otra cosa. De ahí que, en este agudo ensayo, Prodi insista en un hecho: en que el sistema mercantil fue el responsable de que surgieran el Estado de Derecho, la democracia y las libertades sociales y económicas, hasta el punto de que la democracia, afirma, «no puede sobrevivir sin el mercado ni el mercado sin la democracia política». Eso sí, y es la conclusión a la que llega Prodi, no únicamente no puede haber democracia sin mercado y viceversa, sino que tampoco puede haberla sin ética, lo que implica volver a las reglas implícitas que del mercado emanan y que excluye el hurto, ese concepto que pasó de ser la apropiación de una cosa ajena (un robo) a significar, lisa y llanamente, una violación de las reglas del mercado.
Lo mejor: el rastreo de la idea de mercado como concepto y como algo real de Europa
Lo peor: este trabajo de Prodi no tiene desperdicio, es claro y muy preciso
Por DIEGO GÁNDARA
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