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Cómo perdió la cabeza Ana Bolena

Hilary Mantel vuelve a los Tudor en esta nueva y apasionante novela
larazon

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Hay algo sinuoso, inquietante, desabrido en las novelas históricas de Hilary Mantel. El uso del la tercera persona del presente de indicativo le da ese tono ambiguo, a mitad de camino entre el narrador omnisciente que narra desde el interior mismo del protagonista, el intrigante Cromwell, al tiempo que se hace presente, exterior a sí mismo. Esta voz narrativa en presente durativo tiene la virtud de situar la acción en el momento que sucede pero también de mantenerse a través del tiempo, pues la voz coexiste con el enunciado, un tipo singular de flujo de conciencia que aspira a permanecer, entre el pensamiento y el suceso, en un presente continuo.
Intrigas palaciegas
Como «En la corte del lobo», Mantel vuelve a utilizar la misma técnica narrativa en esta segunda parte de su trilogía sobre los Tudor: «Una reina en el estrado». Si la primera era más descriptiva y cadenciosa, a veces incluso morosa, esta secuela está escrita con una clara voluntad de volar sobre los acontecimientos históricos, la caída de Ana Bolena, y entretenerse en las intrigas palaciegas, los juegos de poder de Crom-well y su lucha por derrocar a la reina y preparar el recambio que convertirá a la virginal Jane Seymour en la nueva esposa de Enrique VIII. Todo ello, relatado de forma tan vívida como próximas al lector. El número de personajes que aparece en el relato es apabullante. Se requiere una profusa lista para ubicarlos y por lo somero de su descripción, a base de diálogos y algún rasgo dejado caer aquí y allá, la lectura llega a resultar desasosegante, pero muy atractiva. Como si Hilary Mantel obligara a reconstruir el contexto, proporcionando telegráficamente ese mínimo imprescindible para seguir la historia. El protagonista es Cromwell, siempre agazapado tras esa tercera persona del narrador que igual exterioriza su pensamiento como bucea en su interior o describe con naturalidad los acontecimientos que están sucediendo. Mantel es una narradora excepcional, utiliza la novela histórica de forma personal, próxima a la literatura «middlebrow», apropiada para una clase media intelectual que busca un plus de originalidad y un estilo literario cuajado.
Sobre la autora
Con esta novela ha conseguido el Man Broker Prize y el National Critics Circle Award
Ideal para... los degustadores de la novela histórica singular con un personal estilo literario
Un defecto: El número de personajes, tantos, que se necesita una lista de nombres y apodos
Una virtud: La utilización del tiempo narrativo
Puntuación: 8

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