Literatura

Literatura

Deliciosa rareza

Deliciosa rareza
Deliciosa rarezalarazon

Hay textos que, más que un juicio o una atrevida interpretación, precisan del candil al que aludía Góngora para penetrar en el vientre de su auténtico significado. Rebasando el título, resulta infinitamente más evocador y significativo el subtítulo: «Breviario para el alma». ¿Osado, acaso? Recordemos que los «breviarium» eran libros de liturgia católica que compilaban un conjunto sintetizado de los deberes públicos religiosos durante un año. De lo dicho se desprende que estamos ante unas páginas con vocación espiritual destinadas a un lector con necesidad de trascendencia a ritmo de un sutil diapasón. Con vocación de búsqueda y animado por la facultad de superación.

Lo intangible es el eje neurálgico de este libro por más que lo netamente mundano no deje de tener su omnipresente espacio. Acaso al más puro estilo enunciado por Jalil Gribrán o Tagore, el espíritu no deja de confrontar e imbricar con el mundo, el demonio y la carne, en una portentosa odisea –mecida siempre al rítmico compás lírico– que, según el ánimo lector puede tornar en iluminación o mera lectura placentera, de igual forma que la poesía mística puede ser leída simplemente como escritura romántica. Páginas con dobles y hasta triples acepciones, según la indagación y el ánimo del lector. Un rareza especialmente, para los buscadores que se mueven al ritmo crepuscular de sus preguntas hasta toparse con el texto que los nombra.