Ford, atraco a mano armada
Primera novela de Richard Ford después de la brillante trilogía de Frank Bascombe (ese periodista deportivo que lo acompañó en «El periodista deportivo», en «El día de la independencia» y en «Acción de gracias») el comienzo de «Canadá» es uno de los mejores comienzos jamás escritos y no puede ser más prometedor: «Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinatos, que vinieron después.»
Quien habla así es Dell Parsons, un profesor de inglés que está a punto de dejar la docencia y que recuerda, antes de retirarse, lo que ocurrió a mediados de la década de los cincuenta. En ese entonces, él tenía quince años, tenía una hermana gemela que se llamaba Berner y unos padres que daban miedo, sobre todo cuando, un buen día, decidieron cambiar de rumbo y se propusieron, nada menos, que atracar un banco. Pero las cosas no resultaron tal cual las habían pensado y fueron detenidos, primero, por la Policía, y poco después, fueron encerrados en la prisión, con lo cual el delicado mundo en el que Dell y su hermana habían vivido hasta ese momento en su casa de Montana empezó a derrumbarse estrepitosamente en un segundo.
Cruzar fronteras
Así que Dell, sin madre y sin padre, se vio en la obligación de huir, de atravesar fronteras y de llegar, gracias a la ayuda de un amigo de la familia, a Canadá, un lugar en el que pudo iniciar una nueva vida y vivir, si es posible, de otra manera. Pero Canadá, de todos modos, tampoco fue tan idílico como se había imaginado, pues allí se encontró con Arthur, un hombre frío y calculador, un americano repleto de rincones oscuros y de violencia y con el que Dell, tarde o temprano, terminó enfrentándose.
Novela sobre los diferentes cambios y las diversas fronteras que deben franquearse a lo largo de la vida; «Canadá» es una obra profunda y cautivadora. Maestro del estilo y de la prosa tersa y elegante, con esta novela excepcional que atraviesa varios años y décadas Richard Ford consigue no sólo reflexionar sobre la fugacidad de los momentos felices. También ofrece una historia perfectamente ejecutada sobre la desintegración familiar y el poder de la memoria, y de la ficción, para ordenar los hechos de una vida y colmar los huecos y las grietas de esas cosas que, con el paso de los años y la pérdida de la inocencia, se olvidan, quizá, para siempre.