Réquiem por el amigo ausente
Libros del Asteroide nos acerca a un nuevo libro de Peter Cameron (Nueva Jersey, 1959), uno de los autores contemporáneos que con mayor sutileza sabe hablar del dolor. Su título, «Un fin de semana», anticipa ya ese mundo de la realidad ordinaria en el que todo tiene apariencia de normalidad forzada. Un fin de semana de verano se reúnen tres amigos en una casa de campo. Uno de ellos y principal protagonista es Lyle, que acude con un joven pintor al que acaba de conocer. Paulatinamente el lector va descubriendo que se trata del primer aniversario de la muerte de Tony, antiguo compañero de Lyle, y en la casa viven su hermano, su cuñada y el bebé de ambos.
Se esfuerzan en aparentar que todo está bien, que funciona como se desea, pero la presencia de un extraño perturba la reunión y aunque se aferren a la repetición de rituales supuestamente agradables y veraniegos, como bañarse en el río o cenar al aire libre, el recuerdo de Tony se va agrandando cada vez más, algo que el autor consigue formalmente con unos «flashbacks» escasos pero rotundos. Como es habitual en Cameron, se suceden los hechos significativos a los que aparentemente no se da importancia: el hermano de Tony, que apenas habla, está construyendo un muro inútil en el jardín; y su mujer ha abierto un tragaluz para iluminar una casa demasiado oscura.
No faltan tampoco la crítica social ni un acto violento que perturba aún más la reunión. Todo ello se entrelaza con el tema principal: el duelo aún presente para todos por la muerte de Tony. Peter Cameron vuelve a hablar en este libro de esas grietas que se abren en la vida cotidiana. Grietas por las que se cuela el dolor de forma sutil aunque insistente. Y lo hace, como en otras ocasiones, de una manera magistral.