Estreno

Triste orangután

Triste orangután
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Era otra época, pero el espíritu sigue siendo el mismo. Publicada originalmente en 1965, «El patrón» describe un mundo industrial basado en la técnica, en la productividad, en la eficiencia, con empresas capaces de alienar tanto a sus jefes como a sus empleados. Eso es lo que le ocurre al joven de provincias que, en esta novela del italiano Goffredo Parise (Vicenza, 1929-Treviso, 1986), llega a una ciudad grande para trabajar en una empresa que está dentro de un palacio de cristal y cuyo techo tiene la particularidad de ser puntiagudo. Y otras particularidad más: él y los demás empleados pertenecen al extraño doctor Max, quien espera poder conquistar el puesto que ocupa su viejo padre, alienado, él también, en la caza de ballenas. Novela irónica y kafkiana, ganadora del premio Viareggio el mismo año de su publicación, es una obra que detrás de su aparente delirio y alucinación ofrece un retrato sagaz de la era de la tecnología en su época de ebullición, cuando los seres humanos comenzaron a ser engranajes de una maquinaria imparable en la que no son más que simples objetos, intercambiables, unos y otros, como meras mercancías. «El orangután se vuelve triste por el deseo oscuro de convertirse en hombre él también», dice en un momento el narrador antes de entrar en la empresa en la que será devorado por los temibles planes del doctor Max, un hombre rico y con tristeza y que, a diferencia del orangután, desprecia a los de su misma especie.