Elizabeth Strout: «La religión ya no nos influye tanto como las redes sociales»
Observadora de su propia imaginación, la autora estadounidense, de Maine, publica «Cuéntamelo todo», regresando a su coral universo
literario ubicado en Maine
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Através de los más insinuantes detalles del ser humano atrapa Elizabeth Strout la atención del lector. La ganadora de los premios Pulitzer, Booker y Llibreter se fija con lupa en los comportamientos de sus personajes, y los perfila, aprende de ellos. Ha vuelto a articular con maestría sus mentes y acciones en una nueva novela coral, «Cuéntamelo todo» (Alfaguara), regresando al pueblo de Crosby, en Maine. Retoma a la mítica Olive Kitteridge, a la tierna Lucy Barton y al amable Bob Burgess, en una obra sobre amores posibles e imposibles, amistades, recuerdos, intercambio de historias, conexiones interpersonales y con ciertos tintes de género policíaco.
¿Cuántas historias le cuentan con la esperanza de que aparezcan en sus libros?
Muchas. La razón de que el libro se llame «Cuéntamelo todo» es porque eso quiere decir que te escucho. Y la gente quiere sentirse escuchada, porque eso significa que se sienten vistos, es una especie de validación.
Sus historias las articula también a través de los silencios. ¿Es importante callar a veces?
Es algo que he desarrollado a medida que he ido creciendo como escritora: dejo más silencios para que el lector entre solo en la historia. Cuanto más silencio hay, más espacio hay para que entren con sus propias historias.
¿Es lo que necesitamos en una época de textos breves y lecturas rápidas?
Exacto. Ese ritmo frenético de vida me preocupa. Hay muchas cosas buenas dentro de las redes sociales, pero el hecho de que todo el mundo esté todo el rato en sus teléfonos mirando las redes... Las cosas se pueden entender de manera errónea, y eso de cara al futuro me preocupa.
Esa individualidad que propician las pantallas contrasta con las conexiones interpersonales que protagonizan su libro, ¿debemos relacionarnos más?
Igual estoy chapada a la antigua, pero creo que las personas necesitan personas. La comunidad, el sentido de pertenecer a un grupo, es esencial en la naturaleza humana. La gente piensa que lo consigue a través del teléfono, pero no es así.

¿Debemos temer a la soledad?
No, porque viene y va, y no hay razón para asustarse por ello. Espero que a través de mis libros la gente se de cuenta de que no hay por qué tenerle miedo.
El personaje de Olive la combate a través del recuerdo.
Olive es muchas cosas, pero sobre todo una persona curiosa, y ese es un rasgo maravilloso, porque permite que la gente avance.
¿Disfruta colocando a sus personajes en tesituras más o menos cómodas?
No siento que sea yo quien los controle. Para mí son personas y mi trabajo es ver qué les pasa al colocarlas en el papel. Por supuesto que las controlo, pero no siento que sea yo quien mueva los hilos, sino que tan solo me limito a contar sus historias.
Entonces es observadora de su propia imaginación.
Sí, eso es, nunca me lo habían dicho y me parece precioso. Se dice que el diablo está en los detalles, y es que lo son todo. En su justa medida, los detalles colocan al lector en una posición. Hace años los usaba demasiado, pero he aprendido a no escribir tanto e ir más al grano.
Escribe que «quienes nos han precedido nos influyen inevitablemente». ¿Más que quienes nos han educado?
Lo llamo trasfondo cultural, y me ha llevado muchos años darme cuenta de su importancia. Mi cultura es de Maine, un entorno muy puritano. Y me llevó años darme cuenta de que no puedo escapar de él, de que se me enseñó a ser buena, callada y a trabajar duro. Y eso importa.
Ahí entra la religión, y cuando introduce a un personaje suele referirse a sus creencias.
En EE UU la gente ya no va tanto a la iglesia, pero es importante si eres de una familia católica o protestante. Hoy día ha cambiado muchísimo, la religión ya no nos influye tanto como las redes. La gente saca noticias de ahí, no leen periódicos y no hacen ningún tipo de verificación de autenticidad. Esto nos va a llevar a cada vez más problemas.
Hablando de influencias, ¿qué hay de Trump?
Da miedo. Todos los días miro los titulares y no termino de saber qué va a pasar. Hace las cosas súper rápido, de forma ilegal, sin ningún tipo de aprobación del Congreso... Ha cambiado la democracia como siempre ha funcionado. Da ansiedad.
Siendo la literatura, la cultura, parte del funcionamiento de un país, ¿cree que le afectará?
Sí. Estoy con un nuevo libro, pero voy a esperar un año para ver qué pasa. Porque como escritores debemos dejar registro, pero no sabemos qué nos depara.
¿Qué le preocupa?
Sobre todo el clima. No vamos a ser capaces de salvar el planeta. Los Gobiernos entran y salen, cambian, pero el planeta es solo uno y estamos destruyéndolo.
En ese libro que dice estar escribiendo, ¿volverán Olive, Lucy o algo de este universo literario?
No lo creo. Nunca digas nunca, porque tampoco pensé que iba a escribir est libro. Pero es diferente, con distintos personajes. Necesito aire fresco. Empezar de cero.