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«Lucky»: El penúltimo pitillo

«Lucky»: El penúltimo pitillo
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Director: John Carroll Lynch. Guión: L. Sparks, D. Sumonja. Intérpretes: Harry Dean Stanton, Ed Begley Jr., Beth Grant, James Darren. Estados Unidos, 2017. Duración: 88 minutos. Drama.

Un pitillo, el primero del día, aún en la cama. Algo de higiene personal, poca, el afeitado, unos cuantos ejercicios, siempre los mismos, de yoga, otro cigarro, un café. El sombrero, la puerta, el sol que parece quemar, las calles vacías. Con este puñado inicial de imágenes, el intérprete John Carroll Lynch (en cine, un secundario de altos vuelos: «Zodiac», «Cosas que perdimos en el fuego», «Gran Torino», «Shutter Island»... para televisión, «American Horror Story» y un larguísimo rosario más de títulos) debuta detrás de la cámara con la historia de «Lucky», un anciano que vive solo en una descascarillada casa y que, cada día, repite el mismo esquema de vida. Poca comida, eso sí. La tienda para comprar leche, el bar donde tomar una copa, los crucigramas (Lucky se pregunta qué será el realismo), los concursos insípidos... Y la misma y enigmática llamada telefónica para confesarle a una persona, por ejemplo, cuál fue el momento más doloroso de su existencia, relacionado con un ruiseñor. En su deambular (magnífica la fotografía y grande Harry Dean Stanton, el protagonista), Lucky se topa con distintos personajes, algunos, amigos, otros completamente desconocidos, y en esos diálogos radica otro punto fuerte de este filme íntimo, crepuscular, tan cerrado en sí mismo como Lucky, acerca del transcurrir inexorable de los años, sobre la muerte y los fantasmas del pasado. Una de las conversaciones que entabla es con Howard, que acaba de perder a su centenaria tortuga (galápago, rectifica él). Lo encarna otro Lynch, de nombre David, con la voz gangosa y tan americana del enorme cineasta.Y otra, con un hombre marcado por la Segunda Guerra Mundial y la sonrisa de una niña. Y, sin embargo, se trata a la vez de una película silente y de mucho enfoque y ángulo. Con instantes preciosos: así, la compra de los grillos por Lucky, su interpretación del tema «Volver» durante una fiesta de cumpleaños mexicana... Estamos de acuerdo, quizá no suceda demasiado en el filme o probablemente se trate solo de la primera impresión que provocará entre algunos. Y, sin embargo, cuando Lucky camina en medio del desierto y, de pronto, sonríe a la cámara, no hacen falta palabras para saber que, al fin, lo ha aceptado todo. Que se perdonó.

LO MEJOR

Un inmenso Dean Stanton y los diálogos que mantiene con personajes como el encarnado por David Lynch; memorable

LO PEOR

Que alguien piense que en el filme apenas sucede nada cuando es una cinta donde hasta el silencio habla