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Miguel: Tú. Tú puedes ser Panza. Will: Así que tú eres el Don. Entonces, la primera ronda la pagas tú

Diálogo imaginario entre William Shakespeare y don Miguel de Cervantes. Shakespeare y Cervantes se encuentran, a día de hoy, delante del teatro londinense The Globe
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La novelista y dramaturga inglesa Nell Leyshon participó en «Lunáticos, amantes y poetas. Doce historias inspiradas en Shakespeare y Cervantes» (Galaxia Gutenberg) con un relato en honor al protagonista de «El licenciado Vidriera», una de las novelas cortas de Cervantes.
La novelista y dramaturga inglesa Nell Leyshon participó en «Lunáticos, amantes y poetas. Doce historias inspiradas en Shakespeare y Cervantes» (Galaxia Gutenberg) con un relato en honor al protagonista de «El licenciado Vidriera», una de las novelas cortas de Cervantes. Ahora, Leyshon, cuyas dos últimas novelas, «El color de la leche» y «El show de Gary», fueron traducidas al español por Sexto Piso con gran éxito, ha ideado por encargo de la BBC una conversación entre los dos grandes autores. Es ésta.
–Miguel: No estaba seguro de reconocerte. Estaba buscando tu barba, pero todos la llevan.
–Will: ¿Tú te la enceras?
–Miguel: Hay un producto nuevo que viene en lata. Lo encuentras en cualquier parte.
–Will: Entonces, ¿qué te parece?
–Miguel: ¿El Globe? Es impresionante. ¿Saben que estás aquí?
Will: Atravieso las paredes.
–Miguel: Banquo.
–Will: ¿Leíste esa?
Miguel: Las he leído todas. Todo lo que escribiste.
–Will: ¿Sabes?, cuando escuché hablar de ti por primera vez, pensé que eras inglés. Pensé que eras Sir Vantes. Un caballero.
–Miguel: Ojalá. Pero no soy más que un pobre español.
–Will: No lo eres.
–Miguel: Estuve preso, pasé años escribiendo sin ningún éxito. No hay un Teatro Cervantes.
–Will: No puedo moverme sin tropezar con copias de tu libro.
–Miguel: También escribí obras de teatro.
–Will: Lo sé. Las leí.
(Es ese momento, los dos escritores se dan cuenta de que conocen la obra del otro).
–Miguel: Entonces, ¿vamos a hablar del tema?
–Will: Preferiría que nos tomáramos una cerveza, que viéramos una obra de teatro. Incluso que nos peleáramos.
–Miguel: ¿El uno contra el otro?
–Will: No.
–Miguel: ¿Sabes para qué hacen cola?
–Will: «El sueño de una noche de verano». No la dejan tranquila.
–Miguel: Ese matrimonio en «Macbeth», ¿algo que ver con el tuyo?
–Will: No voy a caer en la trampa.
–Miguel: Ésa es la que me habría gustado escribir a mí. ¿Cómo lo hiciste?
–Will: Tenía una fecha tope. Tenía un escenario y actores, y si no me hubiera inventado algo, se habrían quedado allí parados, en silencio.
–Miguel: Haces que parezca fácil. Pero tú eres quien subió directo a la cima. Mira esto: La «Royal Shakespeare Company» en Stratford. ¿No les basta con un teatro? ¿No se han hartado ya de ti?
–Will: Ábrelo. Pasa la página. Sigue. Eso, sigue. Para.
–Miguel: ¿Aquí?
–Will: Lee.
–Miguel: Bla, bla, bla. Ah.
«Don Quijote, la piedra fundacional de la novela moderna».
–Will: En mi maldito teatro. En mi ciudad natal.
–Miguel: Para celebrar el aniversario de nuestra muerte. Aunque no morimos el mismo día.
–Will: Según mi calendario, morí el 3 de mayo. Fue cuando cambiamos. Disentimos.
–Miguel: Pero yo no morí el 23. Ése fue el día que me enterraron. Yo morí el 22. Wordsworth fue quien murió el 23.
–Will: No lo eches a perder. Les encanta así, se relamen de gusto. Es el Día Internacional del Libro. Cuando lo escribiste, ¿sabías lo que estabas haciendo?
–Miguel: Sabía que era largo.
–Will: Sin instrucciones escénicas. Páginas de mundos interiores, de conciencia.
–Miguel: En mis obras de teatro, decían que había demasiado mundo interior. Y tú. Tú tienes 37 obras que todavía se representan. Por todo el mundo.
–Will: Pero mira lo que hiciste tú. Tú fundaste todo esto. Librerías llenas de libros. ¿Sabes?, lo supe en cuanto empecé a leerlo. Pensé: «sé lo que ha hecho». No hay límites a lo que cuenta. No está sujeto a los tiempos del teatro. El lector lo toma y lo deja cuando quiere. No hay espectadores lanzando comida, a los que se les duermen las piernas. Sólo hay un lector. Y un libro.
–Miguel: Pero nunca conseguí poner en pie a toda una sala llena de gente.
–Will: Es temporal. Una noche, funciona. Las estrellas sobre el globo de madera, el público, los actores. Vibra, se siente. Pero la noche siguiente puede fallar. Tu libro nunca falla. ¿Eres capaz de beber cerveza con ese bigote?
–Miguel: Lo remojo en la cerveza, bebo a través de él.
–Will: ¿Vamos a un pub? Tenemos la Taberna Shakespeare.
–Miguel: Muy gracioso.
–Will: O el bar de aquí. Podemos encontrarnos con un guionista, con un director, tal vez. O quizá con un productor.
–Miguel: ¿Has visto la cantidad de dinero que ganan ahora?
–Will: Podemos tomarnos unas cuantas cervezas, empezar una pelea. ¿Quieres pegar tú el primer puñetazo o lo doy yo?
–Miguel: Tú. Tú puedes ser Panza.
–Will: Así que tú eres el Don. Entonces, la primera ronda la pagas tú.
*Encargado originalmente por la BBC y retransmitido en The Verb BBC Radio 3. Traducción de Daniella Mendoza y Raquel Vicedo