10 razones para creer en Florence + The Machine

Florence + the Machine pisa suelo español para presentar «How Big, How Blue, How Beautiful», un disco editado la pasada primavera que mostraba su cara más accesible. Asentada ya como una figura indiscutible del pop actual, la banda liderada por Florence Welch ha tenido su propio «sorpasso»: ha pasado de un público mayoritariamente «indie», a una audiencia «mainstream» capaz de llenar grandes recintos. A continuación, diez razones que explican ese meteórico ascenso.

Es algo indiscutible. La suya es una de las más potentes del pop actual. Torrencial y llena de fuerza, se adapta tanto a la épica como al pop sofisticado, sin olvidar, eso sí, los pasajes más íntimos. Welch está cercana a eso de la voz total, una característica que le permite adaptarse a cualquier registro. En directo, la inglesa explota esa capacidad vocal y la convierte en uno de sus máximos atractivos. Vamos, en sus conciertos hay poco playback.

Todo el mundo parece fijarse sólo en Welch, pero la otra mitad de Florence + the Machine es igual de importante para entender el éxito del grupo. Isabella Summers ha co-escrito algunas de las mejores canciones de la banda y también se ha encargado de los arreglos (en especial de los teclados). De hecho, la menuda británica también es una de las productoras más destacadas de su quinta. Por sus manos han pasado temas de Iggy Azalea, Ella Henderson o Rita Ora.

Desde que Bush se medio retirara hace unos años (ha regresado periódicamente del mundo de los muertos con discos y conciertos contados), Inglaterra le ha estado buscando una sustituta; una mujer que pueda ocupar el trono que dejó la firmante de «The Kick Inside». Pues bien, Welch es una de las candidatas a sucederla. Como Bush, tiene un imaginario propio y sabe moverse bien entre el «mainstream» y el pop de autor.

Este es un elemento clave para creer en la Welch. Los tres discos que ha publicado hasta la fecha recuperan el siguiente concepto: la música comercial también puede ser de calidad. Florence + the Machine llena grandes recintos y vende una buena cantidad de discos sin traicionar su manera de entender el pop. Un libro de estilo que abraza la exuberancia y la grandilocuencia sí, pero sin caer nunca en la falta de espíritu y sustancia de Coldpay o U2.

No se llega a la cima sin temazos.Y a pesar de que los discos de Florence + the Machine están pensados como un todo, es indudable que varias canciones han hecho posible su estrellato. Entre las más celebradas están «Shake It Out» (la quintaesencia de su sonido: épica pop, poderío vocal y un buen estribillo para corear), «Dog Days Are Over», «You’ve Got The Love» o el remix que el todopoderoso Calvin Harris firmó del «Spectrum (Say My Name)».

A veces, de las asociaciones más extrañas se obtiene oro puro. Eso debieron de pensar los responsables del videojuego «Final Fantasy XV» cuando llamaron a la puerta de Florence + the Machine con un encargo: hacer una versión el clásico inmortal de Ben E. King «Stand by Me». La canción se estrenó hace solo dos semanas y las redes ardieron a favor, claro está. Una buena muestra de la facilidad con la que Welch y cía. se apropian de material ajeno echando mano de las dos «es»: épica y emoción.

Tras editar su debut, «Lungs», la banda inglesa recibió los primeros encargos de Hollywood. Por ejemplo, escribir una canción nueva para la banda sonora de «Blancanieves y la leyenda del cazador». El resultado fue la mesiánica «Breath of Life». Después vino su colaboración en el «El gran Gatsby» de Baz Luhrmann con el crescendo emocional de «Over the Love (ft.The Machine)». Su nombre sonó para el Bond «Spectre», pero al final Sam Smith se llevó el premio gordo.

El momento más complicado para un grupo que pretende dejar huella en esto de la música llega con la publicación del temido tercer disco. Es el trabajo que determina el fin o el inicio de una larga carrera. Florence + the Machine ha superado la prueba con «How Big, How Blue, How Beautiful», un álbum bien equilibrado entre clasicismo y modernidad con canciones potentísimas como «Delilah» y «Third Eye».

Un repaso rápido a la nómina de productores que anda detrás de los tres discos de la banda británica deja claro que Florence Welch e Isabella Summers saben elegir bien. El trío compuesto por Paul Epworth (Adele, Lana del Rey), James Ford (Simian Mobile Disco) y Charlie Hugall (Crystal Fighters) ha estado en todos; un comité de sabios clave para entender la cohesión y la evolución de su discografía.

Pocas semanas después de los atentados de París del pasado mes de noviembre, Eagles of Death Metal puso en marcha «Play It Forward», una iniciativa solidaria para recaudar fondos destinados a una asociación benéfica para músicos con graves problemas de salud. Florence + the Machine se unió a The Maccabees para realizar una estupenda versión de «I Love You All The Time» de EODM y ayudar así a la campaña.