Anna Calvi, la cazadora de géneros
n inglés, el título del nuevo disco de Anna Calvi deja abierta la interpretación: «Hunter», puede hacer referencia tanto a un cazador como a una cazadora. Así que, dado el tono aguerrido de las canciones de este cuarto álbum de la talentosa artista británica, es lo primero que le preguntamos. «Cierto. Se refiere a una mujer. Para mí era muy importante situar a la voz femenina no como la que puede ser cazada sino como la que va a cazar. Pero también creo que en el álbum están los sentimientos opuestos porque nadie puede sentirse siempre fuerte y poderoso. A veces, ser débil y vulnerable es una necesidad», dice con un hilo de voz aguda que parece imposible que sea de la misma garganta que canta en el disco. Álbum que, por cierto, presenta en gira por España en Zaragoza (hoy), Valencia (mañana), Barcelona (domingo), Madrid (16 de octubre, SON Estrella Galicia) y Santiago (17).
Su masculinidad
La cosa en el disco va de género pues, en el primer corte, «As a Man», Calvi fantasea con lo que le sucedería si caminase o hablase como un hombre. «Para mí el género es demasiado limitador. Es algo que, en todas las sociedades humanas, sigue siendo demasiado constreñidor. Y yo quería explorar en este álbum mi masculinidad, que la tengo, como la tienen todas las mujeres. Y de esa misma manera también pienso que los hombres deberían ser animados a explorar su feminidad. Esa idea de ser siempre fuertes no es realista, es inalcanzable. Y en el caso del trabajo ha sido un objetivo el hecho de plantearme romper los estereotipos del género», comenta la menuda artista en un hotel madrileño. ¿Y qué habrá descubierto Calvi de su masculinidad? «Pues que creo que no soy una mujer absolutamente y desde luego tampoco soy un hombre. Mi naturaleza se sitúa en algo que queda en el medio. Y lo más fascinante es que ha sido la música la que me ha enseñado a descubrir dónde estoy, en qué punto me siento. No me lo había preguntado antes y ha aflorado escribiendo las canciones. Eso me parece muy interesante porque creo que escribir es abrir una ventana a mi interior», señala. En alguna ocasión, Calvi, que fue nominada al Mercury Prize en 2011, ha manifestado sentirse maltratada por los medios como artista por ser mujer. «Sí. Es algo que sigue sucediendo, no solo conmigo. Hay miles de artistas mujeres en todos los campos, pero en muchas ocasiones reciben el trato que se dispensa a una minoría. Aparecemos como excepciones o como cuotas y eso es ridículo y muy frustrante», dice sin levantar apenas la voz. Algo está cambiando, en todo caso. «Muy despacio. Por lo menos somos conscientes del problema». Esperemos que deje de importar el género. «Sucederá. Pero de momento hay que evitar ser categorizados. Me interesan las personas que desafían lo que el mundo espera de ellas, que quieren salir del lugar en el que han sido colocados de antemano. No sé por qué sigue sucediendo eso en 2018».