Concierto

Carolina Durante destrozan el crono en el WiZink Center

El cuarteto arrasa en su noche más grande con un ritmo frenético que salda las deudas con su ciudad después de dos cancelaciones

MADRID 27/01/2023.- La banda Carolina Durante en el concierto que ofrecen este viernes en el Wizink Center de Madrid. Los continuadores de la tradición musical de Los Nikis, desembarcan por primera vez en el espacio multiusos de la capital. EFE/ Juanjo Martín
Concierto de Carolina Durante en el Wizink CenterJUANJO MARTINAgencia EFE

Bajo el espíritu de los Ramones más urgentes, casi como si fueran a perder un avión, aparecieron Carolina Durante sobre el escenario del WiZink Center. El cuarteto se enfrentaba a su noche más grande en la gran plaza de su casa y apenas hubo un segundo para respirar en la avalancha de temas. Uno diría, con el cronómetro en el bolsillo, que de la rabia, las ganas y de la mala hostia tocaron sus temas a 1,5x, como cuando se escucha una nota de audio de la que queremos solo el meollo. Y al meollo, a la fiesta, fueron los Durantes. A sonar olímpicos, es decir, más rápidos, más fuertes, más altos.

Ignora este redactor si existieron pulmones capaces de aguantar el legendario pogo perpetuo de sus conciertos, pero cuando no había transcurrido una hora de concierto, Diego Ibáñez, cantante de la banda, ofreció al respetable agua si lo necesitaban, por cortesía del personal de seguridad. "¿Mucho calor ahí?", preguntó burlón en la orilla de la caldera, sobre la que volaban vasos de cerveza poco refrescantes. Curtidos ya en mil festivales, anoche se dirimía una prueba de fuego y Carolina Durante, con apenas cinco años de trayectoria, aprobaron con nota. Los estribillos y la rabia los tienen de antemano, pero anoche demostraron, sobre todo, actitud y sonido.

El cuarteto desgranó con rabia punk rock y cero discursitos, una tras otra, 32 canciones en una hora y cuarenta y cinco minutos, lo que fácilmente puede constituir un récord del recinto. Con ritmo anfetamínico (Ibáñez aclaró que había consumido drogas legales, cortisona contra la afonía que le ha puesto en jaque en los últimos tiempos), movidos por una urgencia casi adolescente, la banda bajó, por primera vez, el ritmo en "Colores", alcanzada la hora de una sesión de cardio que no la sueñan los monitores de spinning.

Era, en realidad, un falso llano. Venía "Necromántico" y nuevas cumbres de la etapa reina de la trayectoria del grupo. Siguieron "Cementerio", "Joder no sé" y el último éxito, "Casa Kira" con la colaboración de Orslok. Y entonces llegó "Perdona", con la asistencia de Elena de Yawners y Alicia de Cariño, que se disculpó "por no ser Rosalía". La catalana había dado publicidad al concierto de los Carolina Durante despertando todo tipo de especulaciones sentimentales y familiares en los días previos, pero esa es otra historia. Googleen, si quieren, a mí no me vayan a preguntar. Pero siguiendo en esta contrarreloj del pogo, el cuarteto guardaba "Verano" y "Cayetano", que rompieron piernas, caderas y la riñonada de un pelotón exhausto, antes de una pausa que dejaron entregada a la distorsión.

Y ahora estaban otra vez, con camisa blanca, corbata y uniforme ejecutivo demodé para "Las canciones de Juanita", que provocó un coro espontáneo con "No sonamos mal, sonamos mejor que ayer", que el grupo no tenía tiempo de alentar o dejar correr, porque tenían el confeti a punto para "Tu nuevo grupo favorito". "Salvaje pasión", con la colaboración de sus maestros y humildes teloneros, Los Nikis, antes de echar la persiana con "Famoso en tres calles" (dedicada "a todos los molones de Madrid") y "La noche de los muertos vivientes", el primer tema que publicaron y, quizá, todavía el mejor. Pero es imposible saberlo.