Desapariciones tristes
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Este mes ha dejado de actualizarse una página web musical muy peculiar: «In fernem land». Se publicaba en catalán y contaba con muchísimos más seguidores de lo que la limitación del idioma podría hacer suponer. Afortunadamente existen traductores automáticos y los contenidos de esta web merecían ser leídos. Lo reflexionaba su mismo creador: «Me sigue sorprendiendo que el blog escrito en catalán haya atrapado a personas que no conocían la lengua y en algún caso ni de su real y cotidiana existencia hasta que se han topado con IFL. Y el catalán nunca ha sido un obstáculo. Me fascina que el blog haya sido capaz de unir y cohesionar culturas a través de la lengua y no al contrario, como dicen los prolíficos intransigentes que sucede en nuestro país».
Han sido más de doce años de estar al pie del cañón de la actualidad musical, centrada en la ópera, muy especialmente en el Liceo, pero también en teatros internacionales, con largos análisis críticos serios, documentados y muy acertados, completados por vídeos de la máxima actualidad que no sé cómo lograba. Obviamente podría no coincidir en ocasiones con sus opiniones, pero siempre estaban bien fundamentadas. Joaquím Hernández Puig, su creador, anunció de improviso que la página llegaba a su fin ante la tristeza de los muchos que le seguíamos. «Estoy cansado, desmotivado y, aunque cerrar el blog me supondrá un verdadero disgusto, es más que probable que también sea una liberación», y añadía: «Me he equivocado pero os garantizo que nunca he escrito lo que no quería para satisfacer a alguien o bajo ningún tipo de consigna para conseguir nada en beneficio. Los que me han venido a buscar lo han hecho precisamente por este hecho diferencial que me ha dado una credibilidad discutida por muchos, pero respetada por la mayoría. A todos, muchas gracias».
Es triste, porque se pierde una sólida referencia del acontecer operístico internacional, pero se comprenden los motivos. La lucha en solitario es muy difícil y en nuestro país, especialmente en lo musical, se prefiere ser siempre cabeza de ratón antes que cola de león y, digámoslo claramente, se acaba mayoritariamente por ser cola de ratón y eso cansa.
A finales del año pasado desapareció también un proyecto que fue referencia, «La quinta de Mahler», que empezó con muchas ambiciones que no pudieron materializarse. Muy pocos, si alguno, de los muchos chiringuitos personales musicales podrán seguir funcionando y es necesario un cambio de mentalidad para crear uniones. A la música le cuesta entender en términos empresariales el término «fusión». El tema merece una continuación.