El desamor que mueve a Sharon Van Etten
La cantante, que firma uno de los álbumes del año según la edición americana de «Rolling Stone», gira por España
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De entre los motivos que hay para hacer discos, uno sobresale por encima del resto: el fracaso sentimental ha sido el motor de grandes trabajos, desde el «Blood on the Tracks» de Bob Dylan hasta «For Emma, Forever Ago» de Bon Iver. Aunque cabría pedir que se incluya una advertencia, como las pegatinas que alertan de las palabras malsonantes en EE UU, para la que se podría usar una cita de Nick Hornby en «Alta fidelidad»: «Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños jueguen con armas de fuego, que vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que la cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. En cambio, a nadie le preocupa que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza y pérdida». Las turbulencias de la vida amorosa de Sharon Van Etten le han sentado muy bien en lo artístico si se tiene en cuenta el resultado de «Are We There» (Jagjaguwar), un trabajo lleno de emoción –aunque no tanta como para abrirse las venas– en el que esta chica de Nueva Jersey trata al desamor con la lucidez e ironía necesarias para mantenerse a flote. La revista «Rolling Stone» en su edición americana ha elegido este trabajo en el puesto número 20 de su lista habitual con los mejores discos del año, por delante de los últimos álbumes de Prince, Damon Albarn, Leonard Cohen o Tom Petty. El 11 de diciembre lo presenta en Madrid, en el ciclo Son Estrella Galicia, y el 12, en Barcelona. Van Etten hace en el disco un completo inventario de la temporalidad del amor y sus imposibles equilibrios.
Un viejo álbum de fotos
«Mi relación de pareja llevaba diez años funcionando y arruinándose cíclicamente. Hasta que un día me encontré una rueda de mi coche pinchada y, no sé por qué, eso fue una especie de detonante, como una metáfora de cómo me sentía por dentro. Vi esa rueda y me sentí como una gilipollas y una desgraciada. Me derrumbé», cuenta Van Etten, que ha trabajado en bandas sonoras como la de la serie de televisión «Boardwalk Empire» y que lleva con éste cuatro álbumes. «Sin embargo, en este último, que quizá es el más personal, es el primero en el que trabajo con una banda estable, con la que llevo dos años. Y no habría salido bien sin esa confianza que me permitió cantar rodeada de gente como si estuviera sola en mi habitación, vertir todo el contenido de mi intimidad», comenta la artista, que a lo largo de los 11 temas del álbum regresa «a lugares donde he sido infeliz; retorno a esos momentos y los saco al exterior. Pienso que lo temas de este disco serán, en el futuro, como las viejas fotografías. Un día, vuelves a abrir un álbum de recuerdos y ya no te dice nada. Incluso tienes que formularte una historia ficticia detrás de cada imagen porque no eres capaz de recordar los hechos reales.Tomas una distancia asombrosa de las vivencias», explica.
Una de las fotografías que componen el trabajo se titula «Tarifa», sobre un momento en el que la cantante trataba de «reconectar con su relación sentimental en la costa gaditana». «Llevaba nueve meses viviendo en la furgoneta y pude coincidir con mi pareja unos días allí. Nos sentamos frente al mar y nos dimos cuenta de que no escuchábamos nada. Silencio. Fue bello e intenso. Triste y alegre», explica. La instrumentación, basada en sonidos electrónicos y también con la fuerza de una banda completa se mantiene en segundo plano, como una marea transparente, dejando prioridad a la voz de Van Etten, que demuestra ser un portento. «He dejado descansar a mi cerebro de la guitarra para hacer trabajar a otro músculo, el cerebro del piano. Ha sido muy interesante porque desde el principio, antes de buscar la música, sentía “beats” (latidos) en mi corazón que me decían por dónde debían ir las canciones». Temas como «Afraid of Nothing» o «Our Love» se basan en delicadas bases instrumentales y armonías dignas de poner banda sonora al momento triste de una comedia romántica, ese en el que el protagonista está a punto de darlo todo por perdido. «Es un disco con un contenido emocional intenso y pienso que, una vez has llegado hasta un punto y reflexionas, muchas cosas negativas se desvanecen».
Con el piano de Lennon en «Imagine»
Van Etten grabó parte del trabajo en los estudios Electric Ladyland que construyó Jimi Hendrix, pero quizá parte del peso emocional que tiene el disco lo aporta un instrumento especial: el piano que usó John Lennon en «Imagine». «Vinieron todos mis amigos sólo para tocarlo un segundo, fue muy divertido. Y la verdad es que los sonidos de sus notas, sobre todo en los tonos graves, producen una emoción mucho más profunda que el resto de pianos».
DÓNDE: Teatro Lara. Corredera Baja de San Pablo, 15, Madrid.
CUÁNDO: jueves, 11 de diciembre. 22:00 horas.
CUÁNTO: 15-18 euros.